El embalse de O Con alcanza su nivel más bajo en lo que va de año

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

martina miser

Según los datos de Augas de Galicia, la presa está a un 20 % de su capacidad

07 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Para estar en octubre, el cielo está demasiado azul y el sol brilla con una intensidad inusual. Los anticiclones parecen sentirse cómodos sobre las Rías Baixas y eso crea la ilusión de que vivimos en una primavera perpetua. Pero el calendario, que es tozudo, dice que estamos en otoño. Deberíamos tener a mano los paraguas y protegernos los pies con botas. No llueve, y eso se nota. Basta darse una vuelta por el entorno del embalse del río de O Con para comprobar que se encuentra en un nivel bajo, muy bajo. Los datos de Augas de Galicia confirman este extremo: está al 20 % de su capacidad. Es, de todo el territorio gallego, el que tiene menores reservas de agua, con una abultada diferencia con respecto a las de más presas. Veamos algunos ejemplos. Baiona, en segundo lugar en este ránking, está al 50% de su capacidad. Y el encoro de Caldas, baluarte del abastecimiento de agua a la comarca O Salnés, se halla al 66,9%. Y eso que, en general, los embalses gallegos están en horas bajas.

Lo reconocen desde Augas de Galicia, cuyos técnicos realizan controles diarios de la situación de las presas. Se hace un seguimiento constante porque la situación que vivimos no es la habitual. Pero tampoco hay que alarmarse, al menos de momento. Si las lluvias siguiesen esquivando nuestro territorio, la Xunta iniciaría un protocolo que arrancaría con una situación de prealerta. «E nin sequera estamos nesa fase», informan desde la Administración autonómica.

Fernando Cobo, director de la Estación Hidrobiolóxica do Con, reconoce que este tiempo seco «es más habitual en septiembre; en octubre deberían empezar las lluvias». Pero también él hace una reflexión que invita a la calma, y señala que aunque esta situación no es «habitual», sí entra dentro de los parámetros de la normalidad.

Un horizonte lejano

Si se prolongase este tiempo seco sí que podrían empezar a plantearse problemas: el suministro podría verse comprometido, la calidad del agua de los ríos podría empeorar e incluso podrían registrarse mortandades de peces. Pero ese dramático escenario está aún muy lejos, afortunadamente. Esperemos que, antes de que llegar a ese punto, la lluvia vuelva a visitarnos.