El monologuista, colaborador de radio y guionista del programa «El Hormiguero» actúa el domingo en el pub Mohai de O Grove
10 ago 2012 . Actualizado a las 06:45 h.? Suyos son muchos de los chistes que se escuchan cada noche en El Hormiguero, programa en el que cuenta con sección propia. Pero además colabora en Protagonistas, en Punto Radio, y mantiene viva su faceta como monologuista en bares, teatros y en Paramount.
-Este año habré entrevistado a una veintena de monologuistas. ¿Sabe que más de la mitad le han citado a usted como referencia?
-¡Ah, mira! Pues se lo agradezco mucho a mis compañeros. Pero yo no considero que haya inventado nada. Lo único que intento para hacer humor es llegar a la risa lo antes posible. Por ese objetivo lo sacrifico todo.
-Bueno, pues ahora se lo pregunto a usted. ¿Quiénes son sus referentes?
-Aparte de Gila, que es el más grande que ha habido, me quedo con Leo Harlem.
-¿Y de los gallegos?
-¡Uy! Primero voy a decir Luis Piedrahita y Rober Bodegas, que son amigos. Y luego, me gusta Carlos Blanco y soy muy fan de Yoni Mediogramo.
-¿Qué espectáculo está presentando?
-Este verano no he querido complicarme mucho la cabeza. Hago monólogos ligeros, sin meterme con nadie y sin pasarme, que hay seis millones de parados y yo lo que quiero es que se olviden por una hora de cómo están las cosas.
-La receta sería «humor en tiempos revueltos»...
-Decir que solo son revueltos es bastante benévolo.
-¿Sigue definiéndose como un «cómico de bar»?
-Sí. Al principio lo era porque no había otra cosa. Pero ahora que puedo elegir, lo sigo prefiriendo.
-En una ocasión dijo que en los bares no hay red ni por abajo ni por arriba...
-Y es verdad. Yo en bares he hecho actuaciones malísimas y las he hecho buenísimas. Y luego he hecho actuaciones en teatros que han estado bien. Eso es así. Yo, a veces en los teatros, ya ni tengo nervios al salir y en un bar estoy acojonado.
-Entre teatro, radio y televisión, ¿con qué se queda?
-No conozco a nadie que no prefiera la radio. En la tele, lo que hay es más dinero y más fama. Pero a igualdad de condiciones yo me quedo con la radio.
-Y para usted que está acostumbrado a estar en los escenarios, ¿le resulta gratificante el trabajo oscuro del guionista?
-A mí me parece lo más. Después de tantos años escibiendo y contando mis propios chistes, con todos los riesgos que supone, el poder ahora escibirlos, irme a casa, prepararme la cena con mi familia y ver como los defienden otros, me flipa.
-¿Cómo lleva uno de Madrid actuar en el paraíso del marisco?
-Pues imagínatelo. Y mi mujer ni te cuento. Ya ves, nos quedamos hasta el martes.