A Toxa se prepara para el desembarco de la burra «Emilia»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Si se cumple la previsión, los borricos llegarán este mes al Monte Central

04 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En A Toxa están a punto de desembarcar unos nuevos inquilinios. No llegan estos con la intención de descansar unos días, sino con vocación de echar el ancla, afincarse en el corazón de la isla y, de ser posible, formar familia. Tendrán una casa digna, a un tiro de piedra del puesto de los vigilantes que velan por la seguridad al otro lado del puente. No pagarán ni un euro por el alquiler: corre a cuenta del Concello de O Grove, que asume gustoso los gastos de acoger a una familia de burros fariñeiros. De hecho, fue el Concello el que hace ya algún tiempo puso en marcha un proyecto para introducir en el Monte Central los equus asinus, una especie en peligro de extinción.

No es de extrañar que el ayuntamiento meco haya decidido echarle un capote a una especie cuyo futuro parece comprometido. A fin de cuentas, mucho le debe O Grove a los burros: fue uno de ellos el que descubrió la riqueza termal de la isla de A Toxa. Y fue A Toxa la que cimentó el éxito turístico de la península que cierra, por el sur, la Ría de Arousa.

Quedamos en que O Grove le debe mucho a aquel burro. Y el animal le debe su fama a una mujer, Emilia Pardo Bazán, que puso por escrito su historia, evitando que se perdiese en el tiempo y convirtiéndola en una verdad que nadie cuestiona. Por eso, para rendir homenaje a aquella escritora, los grovenses han decidido que la primera hembra que llegue a O Grove sea bautizada con el nombre de la condesa de Pardo Bazán: Emilia.

El trance del parto

Emilia llegará a O Grove preñada. En cuanto supere el trance del parto, hasta la isla llegará un macho para hacerle compañía. Procedentes de Cotobade, la familia encontrará en la isla una parcela de 12.000 metros que podrán recorrer libremente. A cambio se les pide que vivan una larga y provechosa vida y que la prole crezca. Y es que que de nada le ha servido a los burros ni la fama alcanzada por Platero, ni el esfuerzo realizado durante los muchos siglos en los que fueron porteadores de materiales y personas. La especie corre peligro de desaparecer, y en distintos puntos de Galicia se han puesto en marcha proyectos para intentar echar el freno a esa tendencia. El de A Toxa es uno de ellos.

Pero además de ser un proyecto conservacionista y de apoyo a la biodiversidad, los burros están también en el corazón de un proyecto de silvopastoreo, ya que al alimentarse limpiarán el monte de forma gratuita. Y así, con la casa en estado de revista, se convertirán en un polo de atracción, en un motivo más para ir al monte y conocer los secretos que aún se esconden en el corazón de A Toxa.