AREOSO | O |
19 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.HE DECIDIDO desterrar de mi vida las generalizaciones. Para ello tendré que someter mis pensamientos a una férrea disciplina, contar hasta diez cuando me enfade y recordar que ni todo el monte es orégano ni oro todo lo que reluce, que en todos lados cuecen habas y que en todas las familias hay ovejas negras. En fin. Que me he marcado un objetivo difícil, pero estoy segura de que, tarde o temprano, lograré verlo cumplido. Viene esta decisión a cuento de un programa de televisión. El de Jon Stewar. Es un magacine hecho por norteamericanos y para norteamericanos. Y su simple existencia demuestra que, en yanquilandia, existe vida inteligente más allá de la oronda y un poco histriónica figura de Michael Moore. Jon Stewar es un tipo simpático, mordaz, un vacilón demasiado inteligente como para caer en la broma burda, o en el insulto barato. Y todo su equipo parece dar (algunos más, otros menos) ese mismo perfil cerebral. Así que me he enganchado a ellos. Y por ellos, y por los que se les puedan parecer, voy a tratar de evitar generalizaciones. Evitar que mi cerebro asimile en bloque a los habitantes del país de la bandera de barras y estrellas con un atajo de prepotentes descerebrados. Aunque me da la sensación de son la norma, y Stewar la excepción.