CON GOTAS | O |
01 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.YA ESTÁ en los escaparates y en todas las televisiones. Geyperman, aquel muñeco cachas, con pelo crecho, cicatriz, jeta de perdonavidas y pinta de hacer gárgaras por las mañanas con un cubata de Brummel y un tróspiro de Varon Dandy habita de nuevo entre nosotros. Y con nuevos modelos, colega. Hay uno de la Legión que demuestra que los novios de la muerte ya no son lo que eran. Lo sospechábamos desde que escuchamos dar voces y ofrecer rajadas universales a una tipa en la casa de Gran Hermano. Ahora lo confirmamos. Si Millán Astray levantase cabeza, pasaría a cuchillo a fabricantes de juguetes y programadores televisivos sin excepción. A este paso, la cabra del tótem va a pedir plaza en el rebaño de Heidi. Sepan, en cualquier caso, que la acentuada sensibilidad del muñeco antes machote afecta a muchos ámbitos. Como la desgracia vende, no sería extraño que un par de años nos topásemos con el geyperman voluntario del Prestige . Por ahora debemos conformarnos con el bombero de Nueva York. ¿Qué pensará Vanesa, la hermana de un amigo, que se empeñaba en mangarle un geyperman para hacerlo yacer en bolas y a lo loco con su Barbie en una caravana rosa? Hoy compartiría piso con Ken en Chueca. Jarrrr, que diría el Chiquito.