Hace ocho años, un grupo de cinco educadoras se hizo cargo de la guardería municipal de Vilagarcía, que funciona bajo el régimen de concesión. Maria Victoria Castañeiras forma parte del equipo. Desde hace unos meses preside, además, la Asociación de Escolas Infantís Municipais de Galicia (Aseimuga). -Tenemos varios objetivos, pero quizás los más importantes sean cubrir las necesidades de formación de los profesionales y defender nuestros intereses. -¿Por ejemplo? -Bien, hemos conseguido que la consellería publique un nuevo decreto que, por ejemplo, revisa las tarifas de las guarderías municipales por primera vez en los últimos diez años. -¿Cómo se financian este tipo de instalaciones? -Son tres las fuentes de ingresos. En primer lugar las tarifas que pagan las familias de los niños. En segundo lugar, la subvención anual de la Xunta para mantenimiento. Por último, la aportación de los concellos. En teoría, y con el nuevo decreto, cada una de estas partes debería suponer un 30% de la financiación. -¿Son suficientes las ayudas de las instituciones? -La verdad es que somos un servicio fundamental para la sociedad del bienestar. Las subvenciones a los padres deben existir, pero también es necesario compensar a los centros, porque los gastos son muchos. Habrá que ver cómo se desarrolla el contenido del nuevo decreto.