Gonzalo Rodríguez, entrenador ayudante del Obradoiro: «Los tres sabemos lo que hay que hacer»

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

La exclusión de Moncho Fernández obligó a su asistente a dirigir la segunda prórroga, en la que subrayó la defensa del equipo sobre la brillantez de Jordan

14 nov 2023 . Actualizado a las 19:53 h.

En la primera jugada de la segunda prórroga el Baskonia se puso por delante. En el siguiente ataque Moncho Fernández fue castigado con una segunda técnica que supuso su descalificación y le correspondió a Gonzalo Rodríguez, uno de sus ayudantes, asumir las funciones de primer entrenador hasta la conclusión de la contienda.

El reglamento obliga a inscribir en el acta un técnico principal y un ayudante, que es el que tiene que suplir al primero en caso de exclusión. Hay clubes que establecen una jerarquía. No es el caso del Obradoiro, en el que Gonzalo Rodríguez y Víctor Pérez se sitúan en el mismo nivel. Y cada temporada le corresponde a uno figurar en el acta.

Si la eliminación hubiese sido en la primera mitad, lo habría cogido con otra perspectiva, y lo explica: «Tal y como tenemos repartido el trabajo, en los dos primeros cuartos yo estoy tomando notas en una tableta, analizando nuestra defensa. Al llegar al descanso expongo dónde nos están anotando, dónde nos están haciendo daño... Cosas que no estamos haciendo bien. La primera parte es de evaluación. La segunda ya no es de tomar notas. Es más de colaborar con Moncho y con Víctor en la dirección del partido. Estás más metido y, aunque siempre es un cambio grande tener que dirigir, en la segunda parte te coge más prevenido».

En todo caso, es algo que no se puede prever. Y comienza por indicar que la segunda técnica le parece injusta. Hace una reflexión que puede invitar al debate: «Para expulsar a un jugador o un entrenador, que son protagonistas principales, creo que tiene que suceder algo grave. De la misma manera, no estoy para nada de acuerdo en que se expulse un jugador cuando se enlaza una antideportiva con una técnica, porque muchas veces las antideportivas ya no responden al concepto de intencionalidad que había antes, te la pueden pitar porque, sin querer, enganchas con un dedo la camiseta de un rival, o intentas defender un contraataque y cometes una infracción y se interpreta como antideportiva. Yo creo que, por hablar, como fue este caso, me parece injusta».

Cuestión de continuidad

Pero sucedió. Y fue en una segunda prórroga, con el Baskonia tres arriba tras anotar Markus Howard el tiro de la técnica. Y con Sar incendiado por el arbitraje. Gonzalo Rodríguez subraya que la manera de trabajar del cuadro técnico santiagués ayuda a que el sobresalto no sea tan acusado: «Durante la semana los tres participamos en el plan de partido, sabemos lo que hay que hacer. Es darle continuidad. No haces nada extraño, sigues con lo que habíamos preparado».

En esa línea, las coordenadas estaban claras: «Manejar los emparejamientos defensivos. Teníamos muy claro que iban a jugar todo para Markus Howard. Había que recordarles las normas defensivas prevista con él. Tomando en cuenta el cinco que ellos tenían en pista y el nuestro, cambiar los emparejamientos defensivos, y en ataque tener claras las situaciones que nos podrían llevar a buscar una ventaja que al final encontramos. Dos días antes del partido tenemos una reunión de la que sale el plan de partido, ofensivo y defensivo. Lo único que hicimos fue asegurarnos de seguirlo».

Bastante al final, llegó un tiempo muerto y el mensaje fue el de administrar, porque la meta estaba ya muy cerca: «Dada la situación en el marcador era preferible consumir los 24 segundos de la posesión a hacer un mal tiro que derivara en un rebote largo que nos pudiese costar una canasta rápida. Insistimos en las normas defensivas y, al final, recordar las cosas más importantes, el rebote y el balance. Sin dejar de transmitir tranquilidad, porque en ese momento teníamos el control del partido, era nuestro si no hacíamos cosas que no debíamos hacer».

Evidentemente, la racha de Jordan Howard lo allanó todo. Así lo reconoce Gonzalo Rodríguez, pero si tuviera que poner un argumento por encima de cualquier otro en ese tramo final del choque, no duda: «A lo ojos de la gente Jordan brilló un montón, pero en esa segunda prórroga yo me quedo con la defensa. Fue espectacular. Hay acciones buenísimas. Sacamos dos faltas en ataque, una de ellas muy difícil, en una contra. Ponemos dos tapones, dominamos el rebote. Creo que ganamos ahí, que el partido se gana atrás. Obviamente, la brillantez de Jordan está ahí».