Desde la defensa

Miguel Gómez EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

04 dic 2022 . Actualizado a las 00:49 h.

Trato de mirarme en el espejo de los grandes, de los que, con pocas palabras, son capaces de decir tanto y con un significado tan ambiguo. Está al alcance de bien pocos: Monterroso, Mastropiero, M. Rajoy. Ya quisiera yo escribir cosas como: «El Barcelona es el Barcelona y el Barcelona me ha dado la razón». «Cuando despertó, Mirotic seguía allí. Yo le pago veinte escudos y no discutamos más».

Tenía Jasikevicius marcado en rojo este partido en el calendario. Reservó a Mirotic toda la temporada; unos minutillos en Euroliga el jueves de rodaje y fresco para hoy. Westerman, Bender y Paige aplaudían a sus compañeros, tampoco con demasiado entusiasmo, no nos vamos a engañar. Walker no tenía pinta de estar para jugar. En la ley de la escuela, Moncho y Jasikevicius se jugarían a oro/plata quién escoge primero. El profesionalismo es otra historia.

Anotaba demasiado fácil el Barça en el primer cuarto (ni que fueran buenos). Lo que no generaban Mirotic o Laprovittola, lo obtenían en las continuaciones o tras rebote ofensivo. No estaba contento Jasikevicius con la defensa, pero la que mejoró fue la del Obra. Los 28 puntos del Barça en el primer cuarto se quedaron en 15 en el segundo. Puede que fuese una primera parte más de Excel de minutos que de pisar el acelerador, pero, al descanso, el Obra lo tenía aferrado por detrás.

La defensa del Obradoiro siguió creciendo. Al Barça le costaba cada vez más encontrar las ventajas contra los cambios defensivos y solo Vesely era capaz de fijar líneas de pase. Blazevic y los hermanos Scrubb sumaban y el Obra se puso 7 arriba a tres minutos para el final. Higgins dijo que no había venido a perder. Un parcial de 2-10 en prácticamente un minuto puso al Barça por delante. Phil Scrubb devolvió la ventaja al Obra con un dos más uno y cinco segundos para defender o defender. El Barça encontró a Mirotic en la zona y atacó a Blazevic; sin embargo, le gustó.