Después de ganar la Liga y la Copa en los noventa, el proyecto que ha armado Pedro Martínez está firmando una de las temporadas más dulces
02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El mejor Manresa de la historia remite a la época de Chichi Creus, el que en los años noventa fue capaz de ganar una Copa y una Liga. Ahora los ciclos de los modestos se remiten a una temporada, porque los equipos de bajo presupuesto se ven obligados a reinventarse cada verano. Pero no hay duda de que el segundo mejor Manresa de la historia es el que ha armado Pedro Martínez para este curso, el que visita Sar esta tarde a las 18 horas (Movistar TV, canal 54). Se clasificó para la Copa, también va a jugar las eliminatorias por el título y buscará una plaza en la fase final de la Champions Basketball League a partir del martes en un cruce con el Unicaja de Málaga.
El conjunto del Bages sabe lo que es codearse con los más grandes. Pero también sabe lo que es perder la categoría. Desde que se creó la ACB, en 1983, suma cuatro descensos. El último en la temporada 2016/17. En tres ocasiones volvió a la élite al primer intento, y en la otra tardó dos campañas en subir. Esa continuidad habla mucho y bien de lo asentado que está el proyecto.
El colectivo y Moneke
En todo caso, este año le toca disfrutar de una temporada muy dulce. El jugador que atrae más focos es Chima Moneke, por sus números y por su manera de jugar y de expresarse en la pista. Después de Musa, es el más valorado de la ACB.
No obstante, Moncho Fernández advierte de que hay más individualidades en el Manresa, pero por encima está el colectivo, que es el que manda: «Todos están rindiendo a un nivel altísimo. En victorias muy importantes han ido apareciendo jugadores diferentes. Contra el Barça, Francisco jugó como si fuera Michael Jordan. Thomasson está jugando muy bien. Dani Pérez creo que interpreta perfectamente el baloncesto que quiere Pedro. Los que salen del banquillo están aportando mucho. Los jugadores jóvenes también están jugando a un buen nivel, como Valtonen o Steinbergs, ahora que no está Bako. Moneke nos entra a todos por los ojos por lo espectacular, pero hay muchísimos más detrás de él. La bandera del Manresa es el equipo».
Son nueve los jugadores que promedian 17 minutos o más, un dato que da idea de cómo se reparten el protagonismo y los esfuerzos. Y también ayuda a que el equipo juegue con el pedal del acelerador a fondo desde el minuto uno al cuarenta y a que uno de los rasgos más distintivos de su baloncesto sea la presión que ejerce sobre el rival y sobre el balón: «Son uno de los equipos que más penalizan los errores del contrario y, además, los fuerzan. Todo lo que generan con esos dos contra uno en la media pista, en las acciones de balance con los interiores y exteriores, fuerza al rival a cometer errores. Van a querer jugar a esa velocidad y si tienen opciones de anotar en los primeros segundos las van a tomar. También van a ser muy fuertes en el rebote en ataque porque de esas situaciones obtienen muchos puntos. Es uno de los equipos que aporta mucho desde el juego sin balón», indica Moncho Fernández.
El sello colectivo es una de las señas de identidad en todos los equipos que ha dirigido Pedro Martínez. Moncho Fernández añade la riqueza táctica como otro rasgo, y pone como ejemplo de autor la defensa en zona con la que el Manresa acabó sorprendiendo al Real Madrid en el Wizink Center.