Moncho Fernández: «Tomé la decisión al 100 % con la cabeza y al 100 % con el corazón»

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

El entrenador del Obradoiro confía en recuperar emociones del cincuentenario frenadas por la pandemia

08 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En el verano del 2010 Moncho Fernández selló su acuerdo con el Obradoiro en el Restaurante Tamboril. Once años después, tras firmar su renovación, repasa vivencias recientes y avanza propósitos para una nueva etapa desde el mismo lugar en el que arrancó una travesía que encara su duodécima temporada.

-¿En algún momento se vio más fuera que dentro del club?

-No, la verdad es que no. Nuestro director general siempre habla del timing en los fichajes. En este caso, a mi me tocó el timing que me tocó. Me lo comunicaron desde el club, me pareció perfecto, tuvimos una comunicación muy fluida y sabía que iba a llegar en un momento u otro, para bien o para mal, en este caso para bien. Todas las partes queríamos llegar a buen puerto. Siempre me vi más dentro que fuera.

-¿Manejó otras ofertas?

-Imagino que las habría. Tengo un representante que se encarga de ese trabajo, que es buscar todas las posibilidades de empleo que pueda haber para mí. Pero no he actuado diferente a otras situaciones u otros veranos, que a lo mejor tuvieron menos repercusión. Siempre fue lo mismo: hasta que no solucionemos lo que iba a ocurrir con el Obra, y mi intención era continuar aquí, no había que entrar en otras cosas.

-¿Qué porcentaje de la decisión cabe atribuir a la cabeza y cuánto al corazón?

-Pues es difícil disgregar. Tomé la decisión al cien por cien con la cabeza y al cien por cien con el corazón. Es el club de mis amores, de mi corazón, soy y seré obradoirista hasta que me muera. Pero también está tomada con la cabeza porque creo que el proyecto es firme, está consolidado y podemos crecer.

-En las redes conviven palmeros, discrepantes, reflexivos, gentes que esconden su identidad... Mensajes de todo tipo. No he encontrado uno solo contra su renovación.

-Es abrumador el cariño que he percibido, aunque no me prodigo en las redes sociales. Para mí es más combustible e ilusión.

-También le digo que después de un partido no hay esa unanimidad.

-Es lógico. Si te molestan las críticas no puedes ser entrenador de nada. En la mano de cada uno está escoger. Hay críticas que te hacen reflexionar. Nunca va a llover a gusto de todos.

-Atrás quedan once años y no se percibe desgaste.

-Se dan circunstancias que ayudan a que el discurso pueda tener continuidad. No hemos cambiado en lo teórico, en los principios, pero sí en lo táctico. Hay dos formas de refrescar un proyecto, que son cambiar a los entrenadores o a los jugadores. En nuestro caso, por nuestra realidad económica, el trasiego de jugadores es muy alto. El público ha hecho suya la filosofía del club y viceversa. Y eso es muy difícil de conseguir, saber lo que pone en valor la gente, eso que usted dice muchas veces, que Sar atruena más con un robo de balón o un esfuerzo que con un triple. La gente ve que el Obra es suyo .

-En once años, dos directores deportivos, Chete Pazo y José Luis Mateo. Diría que dos piezas también básicas en esta etapa.

-Chete me fichó. También dedicó mucho tiempo a construir la parte administrativa del club. Fue estupendo trabajar con él. Con Jose, lo mismo. Heredó esa parte del club y consiguió mejorarla. Ambos son artífices fundamentales de lo que es el Obradoiro hoy en día. Tener unos jefes y compañeros como ellos ayuda mucho. Soy un privilegiado por poder trabajar al lado de tíos tan buenos.

-¿Ahora es el turno de renovar a sus ayudantes y a Pozas?

-Lo explicaba José Luis Mateo. Cada situación tiene su momento. Víctor y Gonzalo saben lo que pienso. Ojalá los deseos y anhelos de todos coincidan en este camino. Los jugadores también tendrán su momento. Pepe es el capitán del equipo, una persona magnífica, comprometida, y puedo seguir con el panegírico de aquí al final de los tiempos. Ojalá los deseos y anhelos de Pepe coincidan con los del Obradoiro.

-Parafraseando a Cospedal ¿la temporada próxima debería ser un diferido en la parte emocional del cincuentenario?

-No es mi ámbito, pero en lo personal pienso en todo lo que nos hemos perdido por culpa de la pandemia. Ojalá, igual que el Xacobeo se ha traslado un año, podamos hacer lo mismo y podamos recuperar muchas de las actividades. Le cojo una expresión que usa mucho con el Obra, la de ad astra per aspera, por aquello de que tocaba celebrar el cincuentenario y llegó la pandemia. Y los obradoiristas dieron el do de pecho una vez más. Renunciaron al retorno del dinero de sus carnés. Esa gente que se ha quedado, y que podrá volver a Sar, merece más que nadie el homenaje de los que volvamos a vestir esta camiseta. También el consejo hizo un esfuerzo enorme. Gracias esos pilares hemos podido competir y seguir.

«El planteamiento es intentar fichar a los mejores que podamos fichar»

 Las ligas de verano de la NBA se trasladan a agosto, por lo que dejan de ser un caladero. Solo hay cuatro jugadores con contrato en vigor para el nuevo curso.

-¿Le preocupa que el proyecto esté menos avanzado que en campañas precedentes?

-No. A lo mejor nos queda más trabajo por hacer, pero no vamos mal. El mercado de los rookies se complica, por los plazos y los contratos two way. Hay que adaptarse. También está por ver un marco claro de contratación, si va a haber un tercer americano, si habrá o no más cupos. Hasta que no termine la Liga no se va a saber. Luego hay jugadores con cláusula de salida. Brodziansky la ejecutó en su día. Obst la comunicó una día antes de que expirase el plazo. Hay muchos condicionantes, pero el trabajo no va a ser muy diferente a otros años.

 -Ahora mismo, imagino que en su cabeza no hay un modelo de cómo va a ser el equipo.

-Así es. El planteamiento es el de siempre, intentar fichar a los mejores que podamos fichar.

-¿Hay muchos nombres propios en el radar de posibles fichajes?

-Ni muchos ni pocos. Y hay situaciones contractuales que pueden cambiar. A lo largo de un verano veo muchos jugadores. El director deportivo, siete veces más. Y de todos esos pocos acaban viniendo. Gran parte del trabajo consiste en ver y analizar. Fichas un número limitado, pero ves un número ilimitado.

-¿En el plan de ruta figura intentar un amplio número de renovaciones?

-Para nosotros la continuidad siempre es un valor. Pero las relaciones son bilaterales. De nada sirve que diga que quiero que siga fulano si fulano tiene otros planes. Hay que esperar a que acabe la liga, empiecen los plazos de contratación, los de derechos de tanteo etcétera. Ahora es pronto.