La mejor década del Obradoiro despegó en Burgos

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

AREA 11

Hace diez años arrancó la etapa más brillante con el ascenso a la ACB

05 jun 2021 . Actualizado a las 15:44 h.

Hace diez años, un viernes 3 de junio del 2011, el Obradoiro certificó su ascenso a la ACB con su victoria en Burgos, en el cuarto partido de la serie. Había ganado los dos primeros en Sar. En el tercero se encontró con un rival que hizo valer su dureza física. En el cuarto igualó ese nivel de contacto, firmó un encuentro sin fisuras desde el minuto uno al cuarenta y a todo ello le añadió la mejor versión demoledora de Alberto Corbacho desde detrás de la línea de 6,75 metros.

Son muchos los aficionados que estuvieron en aquella cita y que pueden dar fe en primera persona de las vivencias de la década que el equipo lleva asentado en la élite, desde aquel ascenso que recuerdan como si hubiese sido ayer.

Fruqui

José Rodríguez Fructuoso, Fruqui, es uno de los seguidores que ocupó una de las butacas en el viejo pabellón de la ciudad del Cid. Desde entonces, y a lo largo de estos diez años en la ACB, no ha parado de hacer fotocrónicas de cada partido del equipo en Sar. La media es de unas mil instantáneas por encuentro, de modo que es fácil echar cuentas.

Recuerda aquel ascenso, y cómo el cambio meteorológico fue el preludio del feliz desenlace: «Fóramos tres amigos o día 1. Aínda o comentamos esta semana. O primeiro e o segundo día facía un frío polar, o terceiro subira a temperatura e estábase moito máis agradable. Sobre a unha da tarde fomos ver ao Obra no pavillón. Falamos cos xogadores, tamén había xente de Zona Norte. O que trasladaban era tranquilidade, que era o momento. Lucía o sol, era o día. Foi incrible. Conseguir o ascenso ao primeiro intento... Naquel momento, quen ía dicir que íamos estar falando hoxe sen saír de ACB. É incrible».

También recuerda que fue un partido muy controlado por el Obradoiro: «Estiveron moi enchufados. Como motos. A puntería de Alberto, a clase de Oriol, os bloqueos de Ruffin, a dirección de Andrés…. Todo no seu sitio».

Antes del partido había una atmósfera de confianza en que no sería necesario recurrir al desempate en un quinto encuentro en Sar. Así se lo transmitió a este periodista, en el desayuno, el jugador que acabó siendo más determinante en la contienda, Alberto Corbacho. Se acercó y estas fueron sus palabras: «No estés nervioso, que esta noche ganamos». Anotó cinco de los diez triples que intentó, cada uno de ellos en momentos claves del partido, de esos que valen más por el daño que hacen al rival.

Oriol Junyent

A Oriol Junyent, al echar la vista sobre aquel 3 de junio del 2011, la primera palabra que le viene a la cabeza es la que resume cómo acabó el choque: «Molido». No obstante, estaban sobre aviso: «Sabíamos que iba a ser una final brava, que Burgos podía ganar, pero a cinco partidos, a una plantilla como la nuestra…. No fue fácil. Murcia (que ascendió como campeón de la fase regular) era un equipo muy talentoso, igual no tan duro como el nuestro. Quizás a Burgos le hubiese venido mejor cruzarse con ellos».

Acabó molido pero también «inmensamente feliz». Subraya que los momentos vividos con la afición «fueron muy bonitos». Y reconoce que había una mochila de responsabilidad en el colectivo: «Llevábamos la ilusión de una ciudad y de una comunidad, para que Galicia volviese a tener representación en la ACB». En su memoria se ha quedado grabado el ascenso, pero también toda la travesía porque «fue una temporada inolvidable, con toda la gente volcada cuando las cosas fueron bien y en los momentos delicados, que también los hubo».

José Castro

José Castro es otro de los seguidores que estuvo en Burgos y que sigue al pie del cañón. Es el actual presidente de la peña Zona Norte, aunque recuerda que entonces todavía no formaba parte de ese colectivo. «Había ido al primer partido en autobús, y repetimos expedición para el segundo -apunta-. El pabellón no era muy grande, incluso me pareció un poco lúgubre, pero había un ambientazo. Y con el ascenso más todavía».

Chete Pazo

Chete Pazo, director deportivo y arquitecto de aquel equipo que logró el ascenso, recuerda una jornada salpicada de problemas que fueron surgiendo sobre la marcha y que acabó con el mejor de los finales posibles.

El primer susto llegó por la mañana: «Hubo un problema con las reservas en el hotel, llegaba otro grupo y teníamos que dejar las habitaciones libres a mediodía. Le dije a Moncho que tenía dos opciones, o poner el grito en el cielo o pensar que cuando pasan estas cosas el partido suele salir bien».

Así fue, porque consiguieron habitaciones en otro hotel cercando, aunque no una sala donde poder hacer la última sesión de vídeo: «Tuvieron que apelotonarse los jugadores y el cuadro técnico alrededor de una pantalla de ordenador».

Chete Pazo se perdió casi todo el primer cuarto del partido: «Tenía las entradas para aficionados que las habían reservado desde Santiago. Estaba en la puerta, para dárselas. Algunos al final no pudieron venir. Solo me llegaba el ruido de las gradas, y ya me parecía que las cosas habían empezado bien porque los de Burgos no se sentían mucho». Lo pudo comprobar cuando accedió al recinto.

La primera sensación que le invadió cuando acabó la contienda y se desató el estado de euforia y alegría fue de «alivio, como decir aquello dea misión cumplida».