Enfrentarse a un equipo que compite en Euroliga es complicado de por sí, las plantillas extra largas que pueden afrontar estos clubes lo complican todavía más, y la norma ACB que permite activar jugadores hasta las 14 horas del día del partido le añaden otro punto de dificultad a la hora de preparar el choque.
Jasikevicius excluyó a Davies y Higgins, es decir, prescindió de mucho volumen de lanzamientos cercanos al aro, uno de los pocos puntos débiles del Barcelona esta temporada, pero mantuvo la impresionante capacidad del equipo para sumar de 3, focalizada en Kuric, Abrines y Mirotic, tres jugadores con vías de anotación muy diferentes. Mientras que más del 95 % de los triples de Abrines y Mirotic son asistidos, Kuric es capaz de generar el 30 % de sus canastas. El Obra necesitaba cortar esa producción del Barcelona, limitar las posesiones perdidas (el rival es el equipo que más robos provoca de la liga, especialmente tras canasta anotada) y estar a la altura en el rebote. El equipo hizo casi todo bien excepto en lo que no suele fallar, demasiado error en el triple liberado, sobre todo desde posiciones frontales.