El partido empezó bien salvo por, enésima vez que ocurre, la segunda falta de Daum saliendo del vestuario. Con Robertson y Enoch inspirados en ataque y muy centrados en defensa, obligando a que fuese Thompson quien asumiese la mayoría de tiros de Unicaja, el Obra alcanzó 10 puntos de ventaja. La experiencia de las últimas jornadas no invitaba al optimismo y eché un vistazo a las estadísticas acumuladas de Unicaja; un poco de trabajo de investigación que es un asunto muy delicado el de la pena capital, porque además del condenado, juega el gusto de cada cual. Sé que han probado su eficacia los cartuchos de Waczyinski y el tiro de gracia de Abromaitis. No tengo elogios suficientes para Jaime Fernández, la silla eléctrica es moderna y funcional. La guillotina de Bouteille posee el chic de lo francés y qué decir de nuestro castizo garrote vil, Alberto Díaz le ajusta la golilla al pescuezo más incivil. Pero dejadme, ay, que yo prefiera a Brizuela, Brizuela tiene, qué sé yo, que sólo lo tiene Brizuela.