La década del Obradoiro en la élite

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

Vasileiadis, Moncho Fernández y Pozas analizan cómo ha cambiado el club desde la llegada a la ACB

30 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace exactamente diez años el Obradoiro se preparaba para el estreno en la ACB. Desbordaba ilusión y le faltaba bagaje. Tuvo que inventarse y construir un proyecto deportivo en tiempo récord, partiendo prácticamente desde cero. Un día 28 de agosto del 2009 presentaba a Pasalic y Héctor Manzano. Las incorporaciones de Stanic y Marc Jackson todavía tardaron en concretarse casi un mes. Y la Liga empezó el 10 de octubre.

El primer fichaje que hizo el Obra en la ACB fue el de Kostas Vasileiadis, que volvió la pasada campaña a Sar para quedarse y convertirse en uno de los referentes del equipo. El alero griego recuerda lo mucho que han variado las cosas: «El primer día llegué con Alfonso Sánchez. Éramos dos jugadores y los entrenadores esperando a que el club completase el equipo para empezar a trabajar. Ahora desde el primer día tienes la ropa, tienes todo. Ahora es un club profesional cien por cien».

Todas las partes en sintonía

La transformación tiene que ver con la intendencia porque «en la afición y en la ciudad lo que sigo viendo es ilusión, ganas de hacerlo bien para disfrutar todos juntos». «Los jugadores, los entrenadores, la ciudad y el club somos una familia, y eso ayuda muchísimo», apostilla.

Moncho Fernández llegó al año siguiente. Su perspectiva es la de quien encara la décima temporada en el Obradoiro: «Hemos cambiado mucho. Desde el punto de vista del club hemos crecido mucho. Cuando llegamos, usando la metáfora agrícola, éramos un campo yermo y el huertiño ya va dando de todo. Hemos sido capaces de conseguir que el equipo creciera, tanto por la base, donde no había nada y ahora hay mucho, como por arriba, a nivel de estructura y forma de hacer las cosas. Había una filosofía que estaba en estado embrionario y ahora es una realidad. Oír a Chris Czerapowicz hablar del perfil humano de los jugadores que vienen al Obradoiro, hablar de la familia... Que esto, que para nosotros es una seña de identidad, se haya convertido en una realidad, es una muestra de lo mucho que hemos cambiado».

Detrás de todo ese proceso sitúa «mucho trabajo y muchos factores que han ayudado: un consejo de administración aguantando el tirón, muy difícil en los primeros años, sacando adelante un proyecto económico complicado; un público que está ahí también apoyando en las duras y las maduras, sobre todo en las duras. Es nuestra historia. Gracias a eso nos hemos ido consolidando, sobre todo siendo conscientes de cuál es nuestra realidad».

Pepe Pozas puede hablar en primera persona de algo más de la mitad de esta travesía. No vivió los primeros años, cuando había muy pocos medios. Pero también da fe de una evolución: «El club estaba más hecho, pero solo llevaba tres años en la ACB, camino del cuarto. Ha cambiado en un montón de aspectos que no son tan tangibles para la gente. Pero nosotros sí nos damos cuenta: temas de día a día, de oficina, de cómo manejar horarios de pista, cómo manejar el tema de las casas. También en los fichajes, jugadores y presupuestos. El club da pasos pequeños, pero hacia delante, que es lo más importante».

El capitán ya pone el foco en el nuevo proyecto: «A mí lo que me transmite es tranquilidad. Si tenemos un poco de suerte, lo conseguiremos».