Brais Losada, el canterano que se desdobla

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

Estudia un ciclo superior de telecomunicaciones, juega en el filial y lleva cuatro convocatorias en la ACB

21 feb 2019 . Actualizado a las 20:51 h.

Probablemente sea el baloncesto el deporte mas complicado para los canteranos a la hora de llegar al primer equipo, porque el salto es más grande. En el Monbus Obradoiro, al joven Brais Losada (Vilagarcía, 1997) solo le falta debutar en la Liga Endesa. En el verano de 2016, tras sus primeros días de trabajo en la base santiaguesa, le decía lo siguiente a Pablo Penedo en un reportaje en La Voz de Galicia: «Sería emocionante llegar algún día a la ACB. Para eso trabajo». Han pasado dos años y medio largos y ya ha entrado en cuatro convocatorias en la ACB, las cuatro últimas. El balance es de tres victorias y una sola derrota, la de Fuenlabrada. Le queda dar el último paso, pero no se obsesiona.

«Hay que tener esperanza», apunta. Y, si se da el caso, le encantaría que fuese en Sar «por el apoyo del público y la familia». Si llega, espera cumplir un buen papel. Ya tuvo la oportunidad en algún amistoso de pretemporada y en la Copa Galicia. Entre tanto, no le da vueltas a cómo podría ser ese debut.

De los cuatro partidos que ha vivido a pie de obra se queda, sin dudarlo, con el de Valencia: «Fue una victoria histórica, especial».

Trabaja con el primer equipo en la medida que se lo permiten sus obligaciones académicas, ya que está haciendo un ciclo superior de Telecomunicaciones en el Instituto Politécnico. No le queda otra que estirar el tiempo. Para muestra, él mismo explica cómo es un día de semana: «Voy a clase de 8.30 a 15 horas. Salgo, como y vengo al pabellón, de 17 a 23 horas, prácticamente. Ceno, estudio lo que puedo y a dormir». Y, hasta la fecha, va saldando con éxito los dos frentes.

No oculta que le tiran más las canastas que los libros: «No se puede pensar solo en una cosa, nunca se sabe qué puede pasar. Pero me gustaría que el futuro fuese más hacia el baloncesto».

Cuando se ejercita con el plantel de la ACB, nota el cambio: «Hay mucha diferencia en el nivel físico, en la fuerza, en la competitividad». Y lo nota también cuando vuelve con sus compañeros del filial, pero en sentido inverso. No es lo mismo fajarse con Llovet que con Alexei Pérez o con Diop, por citar a dos compañeros de demarcación, aunque solo sea por las horas de vuelo que acredita el pívot internacional en la élite.

Entrenar con los dos equipos requiere un esfuerzo añadido a la hora de procesar el juego: «Hay sistemas que son iguales. Pero en el filial también indican, a veces, alguna jugada que añade alguna variación y en alguna ocasión me lie e hice la de ACB. En general, no hay problema».

Subraya lo que tantos otros sobre el baloncesto cuántico de Moncho Fernández: «Hay que tener la cabeza siempre activa. Al principio cuesta. Una vez que te acostumbras, va todo más rodado. La velocidad de reacción tiene que ser inmediata».

Objetivo EBA

El pasado curso el equipo filial militó en la EBA, pero acabó bajando a Primera Nacional. Este fin de semana arranca la segunda fase y el objetivo es, claramente, retornar: «Queremos volver». Brais Losada constata que la diferencia de nivel entre una categoría y otra es sustancial. Y, lógicamente, también es mayor la distancia entre la ACB y la Primera Nacional que con respecto a la EBA.

El Obradoiro Silleda está inmerso en la lucha por el ascenso. Y, si es posible, por la vía rápida, sin pasar por una final a cuatro. Para eso tendría que quedar primero en esta segunda fase que está a punto de dar el pistoletazo de salida.

Aunque el Obradoiro Silleda ganó todos sus partidos en la primera , el pívot no quiere confianzas porque «cualquiera puede dar la sorpresa». De hecho, recuerda que, hasta la fecha, el rival que más le gustó fue «el Porriño», al que el Obra ganó sobre la bocina. Y no entró entre los cuatro primeros.