Entre los balances y los triples de Kolesnikov

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

ANDAR MIUDIÑO

27 dic 2017 . Actualizado a las 13:53 h.

AJorge Valdano se le atribuye aquella frase de que «no se conoce a nadie que celebrara nunca un balance en La Cibeles». Pero lo cierto es que cuando los números no cuadran todo se complica y el Obradoiro, en las últimas campañas, está poniendo orden en los suyos.

Es muy meritoria la evolución, porque el escenario en el que se mueve a la hora de conseguir recursos es uno de los más complicados de la ACB. Compostela es la ciudad más pequeña de la Liga Endesa. El club es el que menos ayudas institucionales recibe, en contra de lo que sucede con muchos de sus oponentes. El Burgos, siempre que se mantenga en la ACB, tiene asegurados 2,2 millones del Ayuntamiento y 500.000 euros de la Diputación repartidos entre esta campaña y las tres siguientes. El Joventut acaba de firmar un acuerdo con el Ayuntamiento que le reportará 800.000 euros por curso durante cuatro anualidades. El Gran Canaria recibe más de tres millones del Cabildo. La entidad bancaria Unicaja, principal accionista del conjunto malagueño, aporta al presupuesto siete millones de euros. El régimen fiscal de los clubes vascos y el del Andorra, que este sábado visita Sar, es mucho más favorable. Juan Roig puso la pasada campaña más de siete millones de euros en el Valencia. Etcétera.

En este contexto compite el Obradoiro, apretándose el cinturón con doble vuelta, incluso a riesgo de que eso le suponga renunciar a algún fichaje que estaba muy cerca, como fue en su día el de Oriola.

Pero hay un apartado que no aparece en los balances y que suma lo suyo: la capacidad para remar en la misma dirección, más allá de las discrepancias. Para muestra, una anécdota de Kolesnikov, que ayer cumplió años. Llegó a Santiago y el equipo perdió en Badalona y Madrid, contra el Estudiantes. Su debut en Sar fue ante el Murcia y las peñas se movilizaron para recibir a los jugadores. El alero ruso llegó, vio el revuelo y se quedó en el coche, temeroso, hasta que se le acercó Chagoyen: «Pisha, que esta gente está con nosotros». Aquel día Kolesnikov rompió el partido con cinco triples.