LA TRIBUNA | O |
18 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.El domingo fue una jornada complicada en las carreteras de la comarca. Hubo un goteo de accidentes que no cesó en todo el día, unos más espectaculares y más graves que otros, aunque ninguno, al menos que se sepa, se saldó con lesiones irreparables. Cuestión de suerte. Conducir es sin duda una actividad de riesgo, un riesgo derivado la mayor parte de las veces del inadecuado manejo del vehículo por parte de los conductores. Pero no son los únicos culpables; seguimos transitando por carreteras de cuarta categoría; estrechas, llenas de curvas y baches, sucias, invadidas por la maleza, sin señalización horizontal en ocasiones, saturadas de tráfico para sus características y seguro que con otros problemas añadidos no menos importantes. Además, está el ganado suelto. Los episodios con reses de ganado en la carretera que va por A Gañidoira es de todos conocida; la gran recta de la carretera de Cangas es una trampa mortal pues no es difícil encontrarse algún jabalí o corzo cruzando; otro tanto sucede en otras vías locales. En resumen, toda precaución es poca cuando se trata de ponerse al volante.