Un año después de morir Néstor y tras la reelección de Cristina la semana pasada, su hijo es blanco de especulaciones sobre el futuro del kirchnerismo.
30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Un año después de morir Néstor Kirchner y tras la reelección de Cristina Fernández la semana pasada, su hijo Máximo es el custodio de los negocios familiares y blanco de especulaciones sobre el futuro del kirchnerismo.
De bajísimo perfil y un gran parecido físico con su padre, Máximo, de 34 años, contiene y aconseja a la presidenta desde que es viuda. «Con el que más me acerco ahora es con mi hijo», reveló ella. Esquivo con la prensa, a Máximo no le gustan los actos públicos y solo acompaña a su madre en los grandes, como la celebración de su aplastante triunfo el día 23, cuando fue reelegida. El tierno abrazo de ambos disparó las especulaciones sobre el rol de Máximo en la sucesión kirchnerista más allá del 2015. Ya con la muerte de Kirchner se dispararon los rumores sobre un mayor protagonismo. «Tienes que seguir el camino de tu padre», le dijo Chávez en el velatorio.
Máximo es señalado como principal artífice de La Cámpora, una agrupación que recoge la mística peronista de izquierda de los años 70, pero que los justicialistas conservadores no admiten como propia sino como una creación kirchnerista. La Cámpora cobró fuerza cuando Fernández puso a varios afiliados en funciones importantes y les permitió acceder a ocho escaños en el Congreso. Pero Máximo no ostenta cargos. En Río Gallegos, tierra natal de su padre y donde vive con su novia, unos dicen que «tiene un bajo perfil y no participa activamente en la política». Otros lo muestran como enlace entre su madre y referentes peronistas.
«Máximo está dedicado totalmente a los negocios familiares», apunta un joven próximo, y añade que acude todos los días a la inmobiliaria que posee. El patrimonio de los Kirchner creció de 1,5 a 16 millones de dólares en siete años.