Obama defiende la intervención militar y descarta otro caso como el de Irak
INTERNACIONAL
El presidente Barack Obama se dirigió ayer de madrugada por televisión a los estadounidenses para tratar de explicar el porqué de la intervención de EE.?UU. en el conflicto de Libia y en un momento en el que tan solo el 47% de sus ciudadanos aprueban el uso de la fuerza contra Gadafi, y muchos son los que temen la repetición de una guerra de Irak.
Para tranquilizar los ánimos, explicó que el papel de EE.?UU. en esta crisis -en ningún momento utilizó la palabra guerra- será limitado. Mañana a las a las 6.00 GMT. el mando de la operación será asumido totalmente por la OTAN.
Como argumento para defender la intervención expuso que era una necesidad moral y estratégica. En lo moral, se han salvado «numerosas vidas» y se ha «conseguido detener el avance mortal» de las tropas del dictador. Mantenerse al margen, sostuvo, «hubiera acarreado un gran precio» y «hubiera traicionado lo que somos» como país. «Como presidente me niego a esperar a las imágenes de matanzas y fosas comunes antes de pasar a la acción», añadió.
En lo estratégico, los miles de refugiados libios hubieran desestabilizado los procesos de transición en Egipto y Túnez.
A pesar de sus buenas intenciones, Obama no está dispuesto a que los estadounidenses vuelvan a verse atrapados en un conflicto como el de Irak y por ello descartó cualquier intervención terrestre en Libia.
«No podemos repetirlo»
Aunque continuará presionando para que Gadafi deje el poder, utilizar fuerzas de tierra para lograrlo sería un «error» que dividiría a la coalición internacional y aumentaría los riesgos para las tropas. «Ya tomamos ese camino en Irak». «Cambiar el régimen nos costó ocho años, miles de vidas estadounidenses e iraquíes y casi un billón de dólares. No es algo que nos podamos permitir repetir en Libia», sostuvo.
Los republicanos habían acusado a su presidente de exceder sus competencias como comandante en jefe por no haber consultado con el Congreso los ataques a Libia, una crítica a la que, según los expertos, Obama no supo responder adecuadamente en su discurso.