Es el escenario que todos los economistas y financieros del país desean, un Gobierno potente, conservador y con una mayoría en Westminster que le confiera la tranquilidad de poder gobernar con fuerza y tomar las medidas, algunas impopulares como ya han advertido durante la campaña, para rescatar al país de la recesión. Con una mayoría, no solo el Partido Conservador regresa al poder tras trece años de ausencia, sino que por primera vez desde los tiempos de Margaret Thatcher, podrá presumir de estar unido alrededor de un líder y primer ministro. Cameron tendrá que demostrar ahora lo que tanto le han criticado los laboristas, que su inexperiencia para gobernar no llevará mayores peligros a la economía del país. Y la única manera de hacerlo será con cambios reales, por ejemplo, en inmigración.