La policía de Dubái identificó ayer a otros cuatro sospechosos del comando que asesinó al líder de Hamás Mahmud al Mabhuh en enero, que llevaban pasaportes irlandeses y británicos, lo que eleva a 15 el número de personas señaladas.
En el Parlamento israelí hubo ayer un encendido debate, en el que el diputado del Likud Carmel Shama dijo que el asesinato de Al Mabhuh supone el cumplimiento de un mitzvá (mandamiento divino del judaísmo). La jefa de la oposición, Tzipi Livni, defendió también la eliminación de «terroristas». «No espero que el mundo entero aplauda cuando se matan terroristas, pero al menos que se abstengan de criticar», dijo.
Llamada a la intifada
Mientras, los ánimos en Cisjordania se caldea tras la decisión de Israel de declarar patrimonio nacional dos lugares sagrados en ese territorio ocupado: la tumba de la matriarca Raquel (Belén) y la de los Patriarcas (Hebrón). El jefe del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniya, llamó a la población de Cisjordania a lanzar la tercera intifada en respuesta a esa decisión, y el presidente palestino, Mahmud Abás, advirtió de que podría encender una «nueva guerra religiosa».