Nicolas Sarkozy ha elegido a un socialista de prestigio para presidir el Tribunal de Cuentas. El Consejo de Ministros aprobó ayer el nombramiento de Didier Migaud, que controlará incluso las finanzas del Elíseo.
Migaud tiene fama de competente. En el Partido Socialista se sitúa en el entorno de Laurent Fabius y goza de la confianza de la secretaria general, Martine Aubry. Eso no ha impedido que el presidente francés le rindiera recientemente un homenaje y lo tratara de «mi amigo». Sus compañeros de partido lo han felicitado. Consideran que «es el hombre que la situación política exige».
Desde la presidencia de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional se ha ganado el respeto de los conservadores, que lo ven como «uno de los mejores conocedores de las finanzas públicas». Algunos diputados de la UMP califican sin embargo el nombramiento como «peligroso» porque, «a fuerza de nombrar socialistas en los puestos de responsabilidad la gente va a pensar que no hay hombres competentes en la derecha».
Sarkozy ya había otorgado con anterioridad cargos relevantes a ex miembros del Partido Socialista, como la dirección del Ministerio de Exteriores a Bernard Kouchner, el de Inmigración a Eric Besson o el de Cultura a Frédéric Mitterrand.