Obama presenta su propia propuesta para desatascar la reforma sanitaria

Victoria Toro*+

INTERNACIONAL

A medio camino entre las que aprobó el Senado y la Cámara de Representantes, no incluye la opción pública

23 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ante la falta de acuerdo entre las dos cámaras legislativas estadounidenses sobre la ley de reforma sanitaria, el presidente Obama presentó ayer su propia propuesta. La iniciativa llega tres días antes de la reunión bipartidista y televisada que él mismo convocó para discutirla.

La propuesta presentada ayer se acerca mucho a la que aprobó el Senado antes de Navidad ya que tampoco incluye la opción pública que defendió Obama en su campaña. El nuevo borrador sí incluye la estricta regulación en las subidas de las cuotas de los seguros y prohíbe a las compañías negar una póliza a quien ya esté enfermo antes de contratarla. Además, el proyecto pretende ampliar la cobertura médica a más de 31 millones de norteamericanos que hoy carecen de atención sanitaria al abaratar las cuotas de las familias y las pequeñas empresas.

Pero aunque el texto aprobado por el Senado impedía que una póliza subvencionada con fondos federales contemplara la posibilidad de abortar, el proyecto respaldado por Obama elimina esa cláusula.

En cuanto a los costes estimados, el nuevo proyecto está entre los dos anteriores ya que se sitúa en 950 millones de dólares para los primeros diez años, por encima de los 871 millones del plan aprobado por el Senado y por debajo de los 1.005 millones que preveía la Cámara de Representantes.

A pesar de las concesiones que el nuevo proyecto hace a las opiniones contrarias, tampoco está claro que la nueva versión sea aprobada por los legisladores. Y es que aunque los demócratas siguen siendo mayoría en ambas cámaras, perdieron la supermayoría en el Senado porque el asiento que ocupó el demócrata Ted Kennedy lo ocupa ahora el republicano Scott Brown. Y ese escaño de más les da a los republicanos la posibilidad de ejercer lo que en EE.?UU. se conoce como filibusterismo, que no es otra cosa que aplazar indefinidamente cualquier votación, con lo que, de hecho, impiden la aprobación de aquello a lo que se oponen.

Obama, que ayer recibió el respaldo del ex secretario de Estado Collin Powell, para quien el país no es menos seguro ahora que con Bush, se enfrentará este jueves a las opiniones contrarias sobre la reforma de salud tanto de los republicanos como de algunos de sus propios compañeros de partido. Lo que ocurra en esa reunión permitirá saber si el presidente conseguirá tener la reforma que ha convertido en su prioridad.