En una de las conversaciones entre D'Addario y Tarantini, el empresario avisa a la prostituta que el jefe del Ejecutivo italiano no utiliza preservativo
22 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Las cintas con las grabaciones de los encuentros íntimos entre Silvio Berlusconi y la prostituta Patrizia D'Addario van camino de convertirse en el culebrón del verano. Tras la primera entrega del lunes, el semanario L'Expresso publicó ayer nuevas conversaciones entre el presidente, la joven y su «protector» Gianpaolo Tarantini.
Una de las entregas corresponde a la primera fiesta a la que acude D'Addario, en octubre. Antes de ir, el empresario explica como será la velada en Palacio Grazioli y como Patrizia tiene que comportarse. Además, le informa que será pagada con mil euros si se queda a pasar la noche y le avisa que Berlusconi «no usa el preservativo». «¿Cómo me fío?», protesta la prostituta. Tarantini le responde «Pero...es Berlusconi».
De esa misma fecha es otra de las grabaciones en la que el jefe del Ejecutivo da una lección de economía a los presentes en la fiesta: «a partir del primero de enero soy el responsables del organismo internacional que gobierna la economía del mundo». Se oyen voces femeninas ovacionándolo, mientras él continúa, «que se llama ahora G8 y después será G14».
El fragmento más interesante es en la segunda cita, durante el desayuno de la mañana del 5 de noviembre tras pasar la noche en la cama que le regaló Putin. Ella se queja de que al principio le hizo mucho daño. Él le contesta «Venga ya, no es verdad». Después, Il Cavaliere le pregunta su apellido y ella le entrega una tarjeta de visita en la que el primer ministro lee en voz alta D'Addario.
Ante la publicación de estas grabaciones, Berlusconi reunió a sus colaboradores más cercanos. «Es una mentira que no interesa a nadie. Dejemos que esto se apague solo». El abogado de Il Cavaliere, el senador Niccoló Ghedini, anunció que tomará medidas legales contra L'Expresso ya que las grabaciones estaban en manos de la Fiscalía de Bari y por tanto, bajo secreto judicial. Además, para el letrado, la autenticidad de las voces de las cintas ya había sido contestada y califica el material de «inverosímil y fruto de una invención».
En el Partido de la Libertad, cierran filas en torno a su líder y califican las grabaciones como «cotilleos» con duros ataques a L'Expresso y a La Repubblica , del mismo grupo editoral. En la oposición, crecen las peticiones para que Berlusconi dé una explicación pública sobre su vida privada. Acusan al primer ministro de haber mentido al negar que conocía a D'Addario y que esta y otras jóvenes, fuesen pagada por asistir a sus fiestas.
La moción presentada en el Senado por el Partido Democrático y apoyada por los demás partido de la oposición, fue rechazada por el Pdl y por la Liga Norte, su aliada en el gobierno.