Estados Unidos y Cuba retomaron ayer en Nueva York sus conversaciones para reanudar el diálogo migratorio suspendido desde el 2003. El Departamento de Estado norteamericano indicó que «las discusiones se centran en cómo promocionar la migración entre EE. UU. y Cuba de manera segura, legal y ordenada».
A las conversaciones asisten, por parte estadounidense, el subsecretario de Estado adjunto para América Latina, Craig Kelly, y representantes de otros organismos gubernamentales relacionados con los asuntos migratorios. El jefe de la delegación cubana es el vicecanciller Dagoberto Rodríguez, ex jefe de la sección de intereses de la isla caribeña en Washington.
«Es como un reencuentro, un reinicio después de un período bastante turbulento» durante la era Bush, indicó el representante de prensa cubano en Washington, Alberto González.
Unas 20.000 visas anuales
De este modo se reanudarán las conversaciones migratorias que comenzaron en 1994, tras la masiva oleada de cubanos que llegaron a las costas de Florida en pleno «período especial», la grave crisis económica que atravesó Cuba tras el derrumbe del bloque soviético.
Estados Unidos se había comprometido entonces a otorgar unas 20.000 visas cada año y La Habana a recibir, sin tomar represalias, a quienes intenten escapar de la isla y sean capturados en el mar por los guardacostas norteamericanos.
El reinicio de las conversaciones está considerado una muestra más de los esfuerzos de la Administración de Barack Obama por iniciar un nuevo, aunque cauto, acercamiento hacia Cuba.
En abril, Obama anunció el fin de las restricciones a viajes y envío de remesas a la isla para ciudadanos cubano-americanos.
En mayo, Washington anunció la reanudación de las conversaciones migratorias, mediante un acuerdo que también prevé reactivar el intercambio postal, suspendido hace décadas. Un mes más tarde, Estados Unidos aceptó una resolución por la que se eliminó la suspensión de Cuba de la Organización de Estados Americanos, impuesta 47 años antes.