Más de 300 vehículos, quemados en Francia en el día de la fiesta nacional

Esperanza Suárez

INTERNACIONAL

Durante la noche, fueron detenidas por agresiones a la policía 240 personas, casi el doble que el año pasado

15 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El despliegue excepcional de cuarenta mil policías no pudo impedir que los suburbios celebraran la víspera de la fiesta nacional francesa incendiando 317 coches. Es una cifra similar a la del año pasado, aunque las detenciones han sido el doble y casi siempre por agresiones contra las fuerzas del orden.

El ministro del Interior, Brice Hortefeux, dio orden expresa de aumentar el número de detenciones y doscientas cuarenta personas pasaron la noche en comisaría. Doce policías y un gendarme resultaron heridos, en su mayoría por los petardos que forman parte de la tradicional celebración de la toma de la Bastilla. Desde algunos edificios de viviendas sociales les arrojaron tomates, bolas de petanca y hasta un frigorífico.

La Dirección General de la Policía define la noche del lunes como «relativamente tranquila» y «sin incidentes graves». Los disturbios aumentaron sin embargo casi un 20% en ciudades como Lille y Lyon.

«Se ha convertido en un ritual y no es un fenómeno parisino», según Mohamed Douan, del sindicato policial Synergie. Asegura que «la situación se degrada de semana en semana en los suburbios» y advierte de que «el mimetismo juega un papel importante», especialmente entre los adolescentes. Hortefeux ha convocado para hoy a los prefectos y asegura que sigue «un principio muy claro: no existen territorios olvidados ni formas de delincuencia tolerables».

Los enfrentamientos fueron especialmente violentos la semana pasada en Firminy, en el sur del país, tras el suicidio en comisaría de un joven detenido. Este año de vigilancia reforzada el ayuntamiento ha suspendido los fuegos artificiales en previsión de incidentes.

El departamento de Seine-Saint-Denis, donde empezaron los graves disturbios de 2005, se sitúa en cabeza de vehículos incendiados, la mitad de los 215 que ardieron en la región parisina. En uno de sus pueblos, Montreuil, la intervención de las fuerzas del orden para disolver una manifestación pacífica ha llevado a la alcaldesa ecologista Dominique Voynet a denunciar «la demostración de fuerza inútil» de los funcionarios, que «arrinconaron a la gente contra los muros a golpe de porra». La manifestación había sido convocada para protestar por la violencia de otra actuación policial anterior.

Entre los detenidos se encontraba Andrien Morin, periodista de Le Monde que fue empujado contra el suelo y esposado a pesar de identificarse. En comisaría le encerraron con otras cinco personas «en una celda con cámaras en el techo y las paredes con pintadas hechas con sangre y excrementos».