Por primera vez en la historia de la democracia argentina, un presidente constitucional debió sentarse en el banquillo de los acusados. Esto le ocurrió ayer al ex presidente Carlos Menem, que, siguiendo los consejos de su abogado, se negó a declarar ante el tribunal que lo juzga, acusado por «contrabando agravado» de armas a Ecuador y Croacia, cometido entre 1991 y 1995, cuando él era presidente.
El actual senador, que esta misma semana dijo que se presentaría como candidato a presidente en las elecciones del 2011, se mostró desmejorado y con poco pelo, algo que llamó la atención, ya que es conocida la coquetería de Menem en el cuidado de su imagen.
«Habida cuenta de que hay cuestiones pendientes apeladas, he resuelto no prestar declaración en esta audiencia», dijo Menem ante la consulta de rigor del Tribunal Federal Oral Penal. Fue el primero de los acusados en hablar y adujo, con voz a medio tono, que su defensa considera «nulo» el requerimiento de elevación a juicio. Afirmó que no tiene obligación de declarar, tras lo cual solicitó retirarse antes de que el tribunal leyera la indagatoria de la instrucción.
Previamente, al ser interrogado sobre sus datos de identidad, Menem precisó: «Estoy divorciado, antecedentes no tengo», y dijo que vive del sueldo que cobra como senador nacional.
El defensor de Menem, Maximiliano Rusconi, había anticipado que el senador se presentaría en los tribunales, aunque esto no quería decir que aceptara declarar ante Héctor Artabe, Gustavo Losada y Luis Imas, integrantes de la Sala Penal que tiene a su cargo el juicio. Más tarde se presentaron los otros 17 imputados, entre los cuales se encontraba el ex cuñado y asesor de Menem, Emir Yoma, el ex ministro de Defensa Óscar Camilión, el ex interventor de Fabricaciones Militares Luis Sarlenga y el supuesto traficante de armamento Diego Palleros. El único que no puede ser detenido es Menem, ya que cuenta con los fueros parlamentarios por ser senador nacional.
Esta fue la primera vez que Menem vio cara a cara a los jueces, puesto que el año pasado había escuchado la acusación en su contra a través de una teleconferencia y desde la provincia de La Rioja, de donde es oriundo, por su estado de salud, que le impedía viajar.
En octubre pasado, al iniciarse el juicio, Carlos Menem adujo problemas de salud para no estar en las audiencias en que se leyeron las acusaciones, por lo que, después de certificar su estado mediante un perito del Cuerpo Médico Forense, el tribunal debió recurrir a una videoconferencia. Posteriormente, el ex presidente tampoco concurrió tras ser citado por el juez federal Ariel Lijo a raíz de la investigación del atentado a la AMIA de 1994 invocando idénticas razones médicas. En este juicio Menem también figura como acusado.
En esa audiencia, el abogado Rusconi pidió que se declare la «nulidad del requerimiento de elevación a juicio» de la Fiscalía y la querella, pero la demanda fue rechazada.