Nuevos tiempos en la lucha contra el terrorismo

La Voz

INTERNACIONAL

18 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Barack Obama debe cumplir su promesa de una clara ruptura con la política de George W. Bush, sin dejar de garantizar la seguridad de la nación.

Aunque ha prometido que triunfará donde antes fracasó su antecesor. Para capturar al enemigo número uno, Osama Bin Laden, algunos le pronostican las misma dificultades que a Bush. El objetivo de Obama es acabar con la guerra sucia impuesta por la Administración precedente en su lucha antiterrorista. Y con esas buenas intenciones deberá cumplir el cierre de Guantánamo -la orden ejecutiva podría anunciarla al día siguiente de su toma de posesión-, acabar con los vuelos secretos de la CIA y con las torturas en los interrogatorios. Se ha mostrado menos drástico en cuanto a la investigación y procesamiento de los responsables.

«Habrá una gran presión sobre Obama para que no limite a la CIA a determinadas prácticas», declaró hace días un funcionario de los servicios secretos a Los Angeles Times . «No hay duda de que la CIA no cederá su flexibilidad para decidir cómo obtener las informaciones necesarias para la protección de atentados», añadió.

Un campo minado, en el que los estadounidenses le recordarán lo que hábilmente repitió en sus últimas apariciones Bush: evitar otro 11-S. Y todo recobrando la moral de Estados Unidos.