La segunda ciudad de Francia y primer puerto de entrada de inmigrantes amenaza con castigar a su alcalde de los últimos trece años, Jean-Claude Gaudin. Decepcionados por los diez primeros meses de presidencia de Nicolas Sarkozy, parte del 56% de marselleses que lo votaron podrían hacer que la ultraderecha de Jean Marie Le Pen consiguiera el 10% de los sufragios necesarios para provocar unas triangulares.
En ese caso, la segunda vuelta del día 16 daría la victoria al socialista Gaston Deferre, que con el apoyo del resto de la izquierda obtiene el 40% de la intención de voto.
El cartel de la campaña de las presidenciales en el que el alcalde aparecía ufano junto a Sarkozy, puede pasarle ahora a Jean-Claude Gaudin una factura al menos tan elevada como la de la huelga de recogida de basuras que hace dos años infectó la ciudad durante meses. Los vecinos no la olvidan ni tampoco que el paro supera en más de tres puntos la media nacional.
La ciudad puede estar hoy al alcance del aspirante socialista Jean-Nöel Guérini.