La Habana califica la propuesta de EE. UU. como una obsesión y la disidencia la aplaude

Isabel Sánchez

INTERNACIONAL

25 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Antes del anuncio de las medidas, las autoridades cubanas, encabezadas por el líder convaleciente Fidel Castro, arremetieron contra EE.UU. y su plan de acelerar una transición. Castro publicó el domingo una declaración en la que afirmó que Bush está «obsesionado con Cuba». «La soberanía no se negocia. Nunca nos intimidaron sus amenazas», subrayó.

Bush «ve que su mandato se acaba y no ha podido rendir a Cuba, no ha presentado los resultados que estaba esperando de él la ultraderecha cubana de Miami», declaró por su parte el canciller Felipe Pérez Roque. Para el canciller, el 30 de octubre, cuando se vote en la ONU una resolución contra el embargo, el mundo manifestará una vez más su rechazo a la política de Washington.

Según el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, ?«no hay Bush que dure cien años, ni mundo que lo resista. Él está tratando de ver cómo sale de una situación realmente caótica», comentó.

Por su parte, los disidentes recibieron las nuevas medidas de Washington como un respaldo a sus demandas de «libertad» en la isla, pero aclarando que los cambios que se lleven a cabo deben ser liderados por los cubanos.