Bush crea un fondo para democratizar Cuba después de la muerte de Fidel

Óscar Santamaría

INTERNACIONAL

25 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

En un apasionado discurso, George W. Bush, anunció ayer la puesta en marcha de un «fondo para la democracia» para apoyar la transición política en Cuba, en la era post-Castro. «Su día ya viene llegando», repitió varias veces en español al dirigirse directamente al pueblo cubano.

Bush expuso durante media hora, siendo interrumpido por sonoros aplausos más de 10 veces, su última receta para ayudar a los cubanos cuando una «nueva Cuba» sea una realidad, algo que cada vez está más cerca según el republicano. El mandatario -en su primer gran discurso sobre Cuba en cuatro años- estuvo acompañado por varios exiliados, por una decena de congresistas y senadores nacidos en Cuba y por el también cubano secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez.

Será precisamente Gutiérrez, junto a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, los que buscarán apoyo internacional, entre gobiernos y organizaciones civiles, para crear el fondo para la democracia. El dinero recaudado estará destinado a reconstruir la economía cubana, convirtiéndola en un libre mercado, y apoyar la transición política. Pero antes, dijo Bush, el gobierno cubano debe garantizar derechos fundamentales como la libertad de expresión, de asociación, de prensa, y permitir la celebración de elecciones multipartidistas. «Es hora de que el mundo ponga a un lado sus diferencias y se prepare para la transición cubana».

Desde la misma sala en la que el presidente John F. Kennedy anunció la imposición del embargo hace 40 años, Bush lo volvió a defender con vehemencia. «Seguirá en pie mientras siga el régimen cubano». En un mensaje de tono optimista y con guiños al pueblo cubano - «a quienes me estén escuchando ahora corriendo graves riesgos», dijo Bush-, el presidente estadounidense pidió a la comunidad internacional que tome medidas, por mínimas que sean, para impulsar la democratización de la isla.

«Su día viene llegando»

Como ejemplo, señaló que las embajadas extranjeras en la isla podrían permitir a los cubanos acceder a Internet desde sus instalaciones. Bush señaló cómo algunos historiadores se equivocaron al pronosticar la perpetuidad de regímenes dictatoriales como los de Europa del Este, España o Chile, y confió en que pronto la libertad llegará a Cuba.

Bush dedicó buena parte de su intervención desde el Departamento de Estado para criticar con dureza al régimen cubano, al que acusó de tener a su pueblo «aislado y atrapado en un sistema fallido», negando sus derechos más básicos bajo un estado represivo, con las cárceles llenas de opositores políticos y viviendo en la miseria económica «mientras la clase dirigente reside en mansiones».

Bush afirmó que los deseos por la llegada de la democracia han crecido dentro de la isla en los últimos meses. «Hay en marcha una nueva revolución de libertad, democracia y justicia». Tras señalar que la transición no será fácil, y subrayar que los cubanos tienen el «futuro en sus manos», concluyó así: «Les dejo con un sueño, una esperanza y una misión: viva Cuba libre».