Alertan del riesgo de posibles accidentes en la sima de Millares

Francisco Albo
Francisco Albo QUIROGA/LA VOZ.

LUGO

El Ayuntamiento de O Courel dice que el lugar está recibiendo numerosas visitas incontroladas de curiosos

14 ene 2011 . Actualizado a las 13:35 h.

El Ayuntamiento de O Courel espera que la Diputación y la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas respondan en breve a las solicitudes de ayuda que le dirigió recientemente a fin de buscar una solución para los problemas que supone la sima que se abrió a principios del verano pasado en un prado de la aldea de Millares. El gobierno local cree que es urgente tomar medidas, ya que teme que se produzca algún accidente a consecuencia de las visitas incontroladas de personas que se acercan a ver el pozo.

La alcaldesa, Lola Castro, señala que desde que se divulgó este fenómeno, numerosos visitantes se han acercado a contemplar la sima, a menudo sin tomar las debidas precauciones. «Hai que ter moito coidado porque o terreo que rodea o pozo está inestable e pode haber máis derrumbamentos -explica-, pero hai xente que se achega con moita temeridade ata o mesmo borde e eu incluso puiden ver desde lonxe como se acercaba ao sitio un grupo de persoas con nenos pequenos». La sencilla valla de protección que colocaron recientemente los operarios municipales en torno al agujero, añade, no disuade a los visitantes más osados.

El pozo se encuentra en un terreno particular cuyos propietarios ya colocaron letreros a la entrada de la finca para señalar que se trata de una propiedad privada, pero estos carteles duran muy poco tiempo. El hecho de que la finca se encuentre en un paraje despoblado impide mantener una vigilancia constante, por lo que es fácil que cualquier visitante pueda acercarse a la sima.

Las peticiones de ayuda que dirigió el Ayuntamiento a la Diputación y la Xunta fueron acompañadas por un informe elaborado por Juan Ramón Vidal Romaní, director del Instituto de Xeoloxía de la Universidade da Coruña, quien -como ya se informó en su momento- plantea la posibilidad de rellenar el pozo con escombros de las explotaciones pizarreras. Para saber si esta operación puede llevarse a cabo es preciso determinar antes las dimensiones de la supuesta cueva caliza situada bajo el prado, cuyo derrumbe habría causado la apertura de la sima. Para ello es preciso efectuar un sondeo del subsuelo con un aparato de georradar, una operación que según los cálculos de Vidal Romaní podría tener un coste de unos 1.200 euros. En su informe, el geólogo señala además que existe el riesgo de que la cueva se extienda por debajo de la carretera LU-1304, que pasa muy cerca del pozo.