Un sueldo mensual de entre 1.000 y 1.200 euros, con gastos de manutención y alojamiento pagados. Grosso modo, esta es la oferta que esta primavera ha animado a unos ochenta lucenses, el doble que en el 2008, a realizar el curso de socorrismo acuático que es imprescindible para conseguir un puesto de socorrista en alguna playa, piscina o parque acuático durante la temporada estival. La avalancha de solicitudes ha obligado a la oficina de Cruz Roja en Lugo, que se encarga de impartir los cursos en la zona centro y sur de la provincia, a duplicar el número de seminarios.
«Este año hay muchos más chavales que quieren trabajar durante el verano para echar una mano en casa, porque la situación económica es complicada [...] Normalmente sacábamos dos cursos de veinte personas, y este año ya vamos por el cuarto», informó el responsable de Formación e Voluntario del colectivo, Manuel Veiga. Por ahora se han celebrado tres: uno en Monforte y dos en la ciudad amurallada -uno de ellos financiado por el Concello de Lugo-. El viernes por la tarde se celebraron en la piscina de Frigsa las pruebas de selección para el último curso, que se empezó a impartir ayer.
La edad media de los aspirantes a un puesto temporal de vigilante acuático, que este año está entre 25 y 28 años cuando en anteriores ejercicios rondaba los veinte, también es indicativa de la crisis.
Primeros auxilios
La gente que realiza el curso debe asistir previamente a un seminario de primeros auxilios, cuya duración es de 20 horas. En él que se explican, entre otros, técnicas básicas de reanimación cardiovascular o actuaciones ante hemorragias, atragantamientos, heridas y contusiones. Una vez completado pueden acceder al proceso selectivo, en el que se exige nadar 200 metros en estilo libre en menos de cuatro minutos y saber bucear. En el curso, que dura 80 horas (40 teóricas y 40 prácticas) se realizan pruebas de arrastre con material, rescates de presas o zafaduras.