Son pocos los hogares que estos días no tienen un belén bajo el árbol. Los hay de todo tipo. Una familia de la calle Abeledos de Monforte lleva más de cuarenta años colocando el suyo en el bajo de casa a la vista de todos los transeúntes. Pero esta no es su principal peculiaridad, sino el origen de la mayor parte de sus figuras, que llegaron de Venezuela, país en el que Julia Expósito comenzó con esta tradición. La continuaron sus hijos María del Carmen y José Antonio Rodríguez . Ahora son sus nietos Isabel y Miguel Rodríguez , que aunque solo tienen nueve y seis años respectivamente, quieren que se mantenga la tradición familiar. El belén tiene de todo e incluso está mecanizado. Por tener, tiene hasta tierras de cultivo en las que crecen habas y lentejas, que siembran a principios de diciembre, y están listas para el consumo después de Reyes.
Ahora que por dimensiones, el que se lleva la palma es el que los vecinos de Piñeira montaron en el atrio de la iglesia. No le falta de nada. El nacimiento, la adoración de los Reyes, escenas de la dominación romana, pirámides, la representación de todo tipo de labores y hasta algún que otro ser de fantasía que se coló en el montaje, pero que le da un toque de alegría al belén.
No había gnomos, pero tenía mucho que ver con la fantasía el espectáculo Maxilusión que Javier Muro trajo anteayer a Monforte y que se enmarcaba dentro de las actividades de Navidad organizadas por el Ayuntamiento. El mago madrileño -aunque afincado en Pontevedra desde hace ya casi una década- hizo las delicias, no solo de los más pequeños, con un divertido numero que combina el ilusionismo con el humor y en el que utilizó a alguno de los asistentes como improvisados ayudantes. Con la manipulación de objetos simples como paños, bolas, cuerdas o aros, un poco de humor y con la perfecta sincronización de la música consiguió que la hora y cuarto que duró el espectáculo se pasase volando.
Lo mismo les paso a todos los que asistieron a la actuación del actor Avelino González -conocido por sus apariciones en Pratos combinados, Mareas vivas o As leis de Celavella- el pasado fin de semana en el Círculo Saviñao. Con su monologo Conducides coma bestas , que ya se pueden imaginar de que va, consiguió que mas de uno llorase, pero de risa claro. Esta no era la primera vez que el humorista visitaba Escairón. Hace pocas semanas ya había actuado coincidiendo con el concierto de Alcalá Acustic band y vistos los éxitos que cosecha por estas tierras parece que no tardará en volver. Aunque eso tendrá que ser el año que viene. En lo que resta de 2009, en el círculo recreativo solo queda el tradicional baile de fin de año que en esta ocasión amenizará el grupo Makine.