Operarios de la empresa Voces empezaron ayer a desmontar las puertas y ventanas de la casa consistorial de Chantada, casi dos años después de que el edificio fuese vaciado a la espera de una demolición que se ha ido retrasando hasta ahora. Esta empresa local fue la seleccionada por el Ayuntamiento para demoler el edificio, el paso previo imprescindible para que pueda empezar la construcción del nuevo edificio municipal multiusos, un proyecto que todavía no tiene la financiación asegurada.
La oferta de Voces fue seleccionada, entre otras cosas, porque reducía a la mitad el tiempo máximo de sesenta días estipulado para completar el derribo. Si las previsiones se cumplen, la demolición habrá terminado en un plazo de un mes, por lo que no hará falta recurrir a la prórroga que habían solicitado, por si acaso, los responsables municipales a la Consellería de Presidencia para gastar la subvención que este departamento de la Xunta había concedido para financiar la demolición antes de que terminase este año.
Según explicó ayer el concejal Roberto Iglesias, la empresa necesitará posiblemente toda esta semana para desmontar los elementos que no pueden ser reciclados, en aplicación de la legislación que regula las demoliciones de edificios. La empresa contratada tendrá que reutilizar como materia prima para otras obras el 75% del material de desecho que resulte de la demolición de la casa consistorial. Voces estudia ahora si envía a Lugo todo ese material o si pone en marcha una instalación propia para prensarlo. En todo caso, la maquinaria pesada no empezará a trabajar en el derribo hasta la semana que viene.
Mientras la casa consistorial es demolida, el Gobierno local trabaja en la búsqueda de fondos para financiar la construcción del edificio que la sustituirá. Roberto Iglesias confirmó ayer que tratan de garantizar que los presupuestos de la Xunta para el año que viene incluyan una partida que permita empezar a dar pasos en el proyecto.