Los asaltantes, que no le causaron daños físicos, lo dejaron a treinta kilómetros de su casa en El Junquito
10 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.A las seis de la madrugada sonó el teléfono que anunciaba el fin de la pesadilla. El emigrante ourensano secuestrado el pasado domingo en la localidad venezolana de El Junquito, Juan Soto Fernández, de 67 años, había sido liberado y sus familiares residentes en Celanova no tardaron en ser informados. La liberación se había producido apenas una hora antes, a las once de la mañana hora venezolana.
Después de días de espera y de negociaciones con los secuestradores, que la familia llevó con total discreción, el emigrante, natural de Freás de Eiras, era liberado por sus raptores sin haber sufrido daño personal alguno. Así lo confirmaba ayer desde Celanova un sobrino de Juan Soto, que trabaja en la panadería que la hermana de la víctima regenta en esa localidad.
«Encóntrase perfectamente, acabamos de chamalo fai uns intres e dixéronnos que fora facer un recoñecemento médico, pero parece que se encontra moi ben», explicó el familiar, quien constató que la liberación de Soto había sido consecuencia, como ocurre habitualmente en este tipo de situaciones, del pago de un rescate a los secuestradores. «Non sabemos a cantidade nin nada porque estaban negociando e nós tiñamos que estar calados», aseguró José Antonio Arias.
Volver a Galicia
Lo que sí han trascendido son algunos detalles de la liberación, que se efectuó tras la entrega de dinero. Una vez recibida la cantidad pactada, los secuestradores trasladaron a la víctima a un lugar acordado, a treinta kilómetros de El Junquito, localidad en la que reside una amplia colonia de emigrantes gallegos, mayoritariamente de la comarca de Celanova y Ramirás.
Soto, que lleva cincuenta años afincado en Venezuela, había sido secuestrado el pasado domingo por dos individuos que lo asaltaron a las puertas de uno de sus negocios y lo introdujeron por la fuerza en un turismo.
Ahora que todo ha pasado, y según aseguró ayer su sobrino, es posible que se plantee un retorno a Galicia, al menos temporal. «El ten a súa familia e os seus netos e é difícil que o deixe todo, pero polo que nos comentou, agora ten moitas ganas de vir a Ourense nun corto prazo de tempo».
Por su parte, el secretario xeral de Emigración, Santiago Camba, reconoció en Radio Voz Ourense que la violencia en México y Venezuela se está generalizando a través de mafias que están poniendo en jaque a la población gallega, víctima de una creciente inseguridad.