El fenómeno migratorio más intenso en Galicia es el que se registra dentro de la propia comunidad. En el 2010 fueron 66.546 los gallegos que trasladaron su hogar de municipio, la cifra más alta también de las últimas dos décadas. Pero como la crisis genera caminos de ida y vuelta, 12.817 de ellos migraron de nuevo para regresar al ayuntamiento del que un día se habían ido para probar suerte, aunque sin abandonar la misma comunidad.
El fenómeno del retorno trajo en el 2010 desde otras autonomías a 4.628 gallegos decididos a volver a instalarse en su localidad de origen, mientras que 1.102 hacían lo mismo pero poniendo fin a sus aventuras personales en el extranjero. En todo caso, el año pasado fue el que menos regresos vivió Galicia desde 1992 de oriundos afincados en otro país, rompiendo una media que trazaba el retorno de un gallego desde el extranjero por cada dos que tomaban el camino de vuelta desde algún punto del resto de España.
La inestabilidad que desde hace años vive Venezuela convierte a dicho país en el principal foco de retorno de la emigración gallega, mientras que la disminución de oportunidades laborales hace de Suiza el segundo punto más frecuente de retorno al municipio de origen, fenómeno que está registrando un mayor número de casos entre la emigración afincada en Europa que la que lo hizo en América, de más edad y enraizamiento que la anterior.