Un hombre discreto que sorprendió a todo un pueblo

M. C.

GALICIA

La mujer de Conde conocía la existencia de la otra familia que tenía en Portugal

12 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Luis Manuel Conde Failde no es un personaje popular. El hombre que en la madrugada de ayer se entregó a la Guardia Civil del concello coruñés de Cambre como presunto autor de la muerte de una joven brasileña, Fabiola Mariana, la madre de uno de sus tres hijos, una niña de cinco años, es un hombre seco, parco en palabras. Tampoco acostumbraba a alternar en los bares, ni en las cafeterías. Tal vez porque estaba acostumbrado a tratar con la gente a través del teléfono, pues, según sus vecinos, su último trabajo conocido era el de teleoperador.

Su discreción era tal que ni los vecinos del inmueble de la parroquia cambresa de Celas, en el que vivía de forma regular hasta hace poco más de un año con la que todavía es su mujer y sus otros dos hijos de doce y seis años, conocían la existencia de esa segunda familia accidental que vivía en Portugal. Luis Manuel y Fabiola se habían conocido en Brasil, pero luego ella cruzó el charco y se instaló en Vilanova de Gaia.

«Tengo otra hermana, pero no se lo digas a nadie», comentó hace poco el mayor de los hijos de Conde a una amiga del colegio. La niña guardó el secreto. Tanto que ayer parecía ser la única en el vecindario a la que no cogió por sorpresa la existencia de esa rama de la familia en Portugal. Incluso pese a que la pequeña vino a pasar el fin de semana a Cambre y se quedó en casa de la todavía mujer, tal y como confirmaron fuentes cercanas al caso.

La relación entre Conde y su esposa era, a los ojos de algunos de sus vecinos, la de una pareja civilizada que, pese a las diferencias, mantenía una relación cordial por sus hijos. «Son muy diferentes. Ella es una mujer muy querida por todo el mundo, pero el marido es mucho más callado, no habla», explica una vecina.

Ahí en los portales de al lado conocen su historia. «Hace un año poco más o menos se separaron, pero no de forma oficial, luego volvieron a juntarse, pero ahora parece que habían iniciado los trámites oficiales de separación», cuenta una vecina del edificio de enfrente que, en las tardes de sol, acostumbraba a coincidir con la mujer del ahora detenido en la pequeña plaza que hay junto a sus inmuebles.

Domicilio

El último domicilio oficialmente conocido de Conde, tal y como confirma una notificación de una deuda al Inem publicada en el Boletín Oficial da Provincia (BOP) el pasado 23 de septiembre, es el piso en el que vive su mujer en Cambre, aunque no nació ahí. Pero él ya no estaba allí todos los días. «Acostumbraba a venir dos o tres veces por semana, alguna vez dormía ahí porque luego lo veías por la mañana, pero tampoco tenía mucha relación con la gente. Últimamente utilizaba mucho el autobús. Lo cogía arriba, en la parada, iba a casa, estaba con los pequeños...», relata una vecina.

El tiempo que no estaba en Cambre, estaba entre Pontevedra y Portugal. «La esposa nos ha comentado alguna vez que realmente desconocía cuál era el lugar en el que vivía su marido», explican en el vecindario.

Ayer por la mañana, ella y sus dos hijos fueron atendidos por los servicios sociales del Ayuntamiento de Cambre. La intención era que la noticia de lo que presuntamente había hecho el padre les causara el menor daño. Ninguno de los pequeños fue al colegio y luego, después de ser atendidos, abandonaron el pueblo. Algunos amigos comentaron que habían marchado a Madrid, donde tienen familiares. Nadie confirmó el destino.