Las gallegas están a la cabeza en la medida de esperanza de vida. Los especialistas buscan claves en sus dietas y hábitos. Ellas guardan el secreto de sus largos años
09 feb 2008 . Actualizado a las 21:06 h.L a alta esperanza de vida de las mujeres tiene ahora otros complementos noticiosos relacionados con lo que se ha dado en llamar «envejecimiento activo», como son su capacidad para atender un blog a los 95 años, grabar el primer disco a los 82 o caminar varios kilómetros diarios y valerse por sí mismas bien superada la centena. Los españoles son, tras los japoneses y los franceses, los más longevos. Lo dice el psiquiatra gallego Jesús Fraiz, que lleva 15 años investigando a las personas centenarias, en especial a aquellas que han destacado en alguna disciplina profesional. Incluso les ha dedicado en Compostela una galería tras conocer los casos de 5.000 longevos de todo el mundo. Aun así, sobre aquellos que han vivido 95 años o más, cree que nadie puede dar una causa determinante.
Afirma que en la longevidad influyen varios factores, pero la alimentación no sería la principal, a tenor de la gran cantidad de carne de cerdo que han consumido muchos gallegos con larga trayectoria en la ancianidad. O de los que han confesado no haberse privado nunca de los dulces, el café e incluso el tabaco. Y eso que en muchos estudios han buceado en los «milagros» de la dieta de algas y pescado de los habitantes de Okinawa, o en la moderación y sobriedad culinaria de algunos otros pueblos, que incluso pasaron épocas de hambre. Y que la promoción o búsqueda científica del elixir en el vino o el aceite de oliva no cesan. Aun así, el comer poco y bien y caminar y dormir suficiente entran en todas las quinielas médicas. Y no solo para los mayores.
Tampoco el clima le parece decisivo a Fraiz, aunque la geografía apunta ciertos patrones: «A veces se ha dicho que la gente del interior vive más y que las montañas serían el paraíso de la longevidad, si miramos lo que ocurre en el Cáucaso, los Andes o Ecuador, y en Galicia también hemos estudiado más gente centenaria en la montaña, aunque tengo mis dudas a la vista del caso de la señora de Taragoña y otras de larga vida en Rianxo y más zonas costeras».
El factor genético es de los principales que tener en cuenta, sobre todo a la vista de familias con dos o tres personas centenarias, y que las mujeres duran más que los hombres no tiene discusión, aunque también en este caso matiza. Ahora no solo viven más, sino que están menos deterioradas que hace dos décadas, cuando acusaban más los rigores del trabajo en el campo.
Hace unos días, un simposio sobre avances científicos en la prevención y tratamiento del envejecimiento, organizado por la Fundación Areces de Madrid, reunió a diversos expertos para debatir los mitos y realidades que influyen en el envejecimiento. Sustancias como vitaminas y hormonas, retoques estéticos presentados como técnicas de rejuvenecimiento o hábitos que pueden retrasar el deterioro celular en la madurez salieron a la palestra. La opción de hacer parecer que los años no pasan por las personas aventura en la nueva sociedad éxito a los cirujanos y al Botox, así como la búsqueda de antioxidantes de todo tipo, ofrecidos a menudo sin demostración científica concluyente, seguramente también continuará. En el horizonte estadístico aparecen esperanzas de vida con medias que superarán los cien años para ambos sexos, con implicaciones en las pensiones, atención y demografía. Los casos de Ourense y Lugo son significativos, con tasas de relevo generacional muy bajas.