Las desviaciones presupuestarias de los proyectos arquitectónicos públicos pueden costarle el puesto a sus responsables. Así ha sucedido en la Comunidad de Madrid, donde su presidenta, Esperanza Aguirre, ha rescindido el contrato para el proyecto y la dirección de la obra para la construcción del Teatro del Canal al arquitecto Juan Navarro Baldeweg.
La infraestructura había sido adjudicada en el 2000 por el Gobierno de la Comunidad, que entonces presidía Alberto Ruiz Gallardón, y está prácticamente acabada. Aguirre aduce que el proyecto «ha adolecido de importantes defectos, carencias e imprevisiones que podrían implicar desviaciones presupuestarias y de plazo de ejecución que no son aceptables». El arquitecto achacó el retraso a que la Comunidad encargó el proyecto de equipamiento del teatro a un equipo que desconocía su diseño original.
El Canal de Isabel II, que depende directamente de la Comunidad, no solo ha rescindido el contrato de encargo del proyecto y dirección de obra a Navarro Baldeweg, sino que estudia la posibilidad de poner en marcha acciones legales para reclamar daños y perjuicios por el incumplimiento de sus obligaciones. Más de un centenar de arquitectos e intelectuales han firmado un manifiesto de apoyo a Navarro y en contra de la decisión de Aguirre.