«Es rápido y ágil bajo los palos», ensalza el entrenador de arqueros, Rañales, que también elogia su regularidad
12 nov 2008 . Actualizado a las 12:28 h.Poco se habla de la portería del Racing, pese al mal inicio de temporada, las dudas que podían surgir tras la marcha de Queco Piña y la llegada de un meta de 22 años que nunca había salido de Vigo. Pero el de Sergio Álvarez, el chaval llegado del filial del Celta, es un éxito silencioso. En A Malata crece con el equipo, elogiado por compañeros y técnicos, con un cuerpo aparentemente más menudo de lo que indican sus 73 kilos en 180 centímetros.
«Está siendo muy regular, que es justo lo que vale de un portero. Buscamos eso, no que haga un gran partido y luego tenga dos malos», explica José Rañales, preparador de los guardametas del equipo ferrolano desde hace cuatro temporadas. Sergio lleva más de un mes destacando como uno de los mejores del Racing en cada partido. Sin actuaciones estelares porque al equipo, en esta categoría, tampoco le llegan con demasiado continuidad. Pero transmite una confianza impropia para un portero que cumplió 22 años en plena pretemporada.
«Transmite seguridad y él también va cogiendo confianza», añade Rañales, que destaca el paso al frente que dio Sergio al fichar por el Racing y dejar la estructura del Celta, donde figuraba como tercer portero en el primer equipo: «Él intenta no estancarse. Supongo que sería difícil salir de Vigo, donde jugaba con un filial. Considero que tomó una decisión valiente al querer crecer en el fútbol».
La madurez de jugar siempre
Titular en los 12 partidos de Liga disputados, Sergio comenzó el verano compitiendo por el puesto con el canterano Paco Fernández, de 20 años. Aunque ahora está asentado en el once. «Yo lo veo maduro. Le ayudó mucho jugar casi todos los encuentros con el filial del Celta en Segunda B, y ahora ya es un portero con experiencia», considera el encargado de su preparación. «Que apenas se hable de él ya es un dato positivo; tanto para la defensa como para el portero, eso es un buen síntoma», coincide su entrenador, Manolo Sánchez Murias.
«Es un chico joven, trabajador, humilde y con ganas de progresar. Yo ya lo conocía, y también Rañales. Apunta lo que esperábamos de él», explica el entrenador asturiano del Racing.
El jugador de Catoira tiene todavía un camino por recorrer. Rañales señala la dificultad que entraña para un portero joven tomar decisiones en las salidas: «Es raro un partido en el que un equipo no reciba muchos centros. Y la distancia y el momento de saltar son cosas que se pulen con el tiempo. Ahora los centros son más tensos, dirigidos a portería, y menos al compañero. La receta no es ni salir siempre ni quedarse siempre. Pero pocas salidas falló esta temporada».
Sí están siendo las jugadas a balón parado un quebradero para la defensa. «Todo el mundo está preparado en esas acciones. Pero se producen bloqueos y para los porteros son peligrosísimas, más difíciles de lo que parecen», considera Rañales.
Manolo ve a Sergio Álvarez en disposición de corregir detalles. «Es un chico joven que tiene margen de mejora en cuanto a ganar comunicación con la defensa, y coger personalidad. Coincide con gente mayor, en un sitio nuevo, y eso le pone a prueba para crecer», explica.
Rañales ve alguna similitud con Queco Piña. «Sergio es más rápido y ágil bajo los palos. Queco es más corpulento y en el juego aéreo la altura le daba más fuerza. Ambos tienen un buen golpeo de balón», matiza el preparador de porteros.