Los trabajos de derribo y desescombro del edificio número 92 de la calle Magdalena, que se derrumbó el pasado sábado, no terminarán hasta pasados, al menos, quince o veinte días más. Fuentes relacionadas con las obras señalaron que el plazo definitivo de tiempo podría variar a medida que se produzcan avances y se obtengan más datos sobre el estado de los muros medianeros adyacentes al inmueble siniestrado. El situado entre los número 92 y 94 es el que ofrece más incógnitas, ya que todavía está en gran parte oculto bajo los escombros. En caso de que su estado fuese poco fiable, los trabajos se prolongarían ya que sería necesario reforzarlo o incluso retirarlo para mayor seguridad.
Aunque durante los últimos días se produjeron bastantes avances en cuanto al desescombro, los trabajos en materia de derribo de las estructuras que todavía permanecen en pie avanzan de forma «prudente», con el objetivo de evitar riesgos para los obreros y la maquinaria, que operan desde fuera de la estructura, y de limitar daños en los edificios anexos. Entre las tareas que se llevaran a cabo durante las próximas semanas está previsto.
En el muro anexo a Zara
Además del retirar los restos del número 92 de A Magdalena, también está planeado derribar el muro medianero que unía el antiguo número 87 de la calle Real (que se incendió en febrero del 2006) y el edificio contiguo, que alberga una tienda Zara. La estructura se conserva desde que fue pasto de las llamas, no está anclada a la estructura del inmueble en el que abrió la tienda, que es nuevo, y también corre riesgo de derrumbarse. Será eliminada ya que solo supone un peligro y, al contrario que el inmueble en sí, carece de valor patrimonial alguno.
En la fachada del número 92
Las piedras que componían la fachada del numero 92 de la calle Magdalena han sido trasladadas al cuartel Sánchez Aguilera. El edificio estaba catalogado en el plan urbanístico especial para el barrio como de «características tipolóxicas-compositivas de significación arquitectónica», por lo que deberá reconstruirse de forma que no se pierdan las características anteriores al siniestro.
Un tratamiento similar recibirá el inmueble número 89 de la calle Real, que goza de una catalogación similar al del de A Magdalena, con el que estaba directamente conectado por la parte trasera y que también será derribado por completo.
En la fachada del 87 de Real
Lo mismo ocurre con el ubicado en el número 87 de la calle Real, el anexo a Zara, que cuenta con un grado de protección integral. El Pepri lo clasifica como «edificio singular de elevado valor arquitectónico», por lo que su reconstrucción deberá traducirse en un inmueble similar.
El 87 de calle Real fue uno de los edificios que se incendió en febrero del 2006. Su fachada estuvo desde entonces tapada por una gran lona publicitaria. El derrumbe del sábado permitió a los técnicos de Ayuntamiento comprobar que habían comenzado a aparecer grietas importantes en la estructura, que seguía en pie pese al efecto de las llamas.
La inseguridad de la fachada ha llevado al gobierno local a llegar a un acuerdo para que sea numerada, desmontada piedra a piedra y retiradas las piezas a un lugar seguro. En el futuro, cuando llegue la hora de la reconstrucción, se utilizará un croquis que ya está terminado para recuperar el aspecto del exterior del inmueble.
En el 94 de A Magdalena
El edificio anexo al que cayó derribado el pasado sábado también se encuentra en mal estado de conservación. Durante el primer tramo de los trabajos de desescombro, que se realizaron de forma intensiva durante las 16 horas posteriores al percance con el objetivo de evitar que el resto de la fachada del número 92 se desplomase en el medio de la vía, parte de los materiales cayeron sobre el tejado del 94. Los técnicos municipales ya han revisado el inmueble, que precisará medidas para asegurarlo, especialmente en la estructura del tejado.
En el 88 de A Magdalena
Es una de las construcciones con futuro más incierto de la calle y es muy probable que acabe siendo derribado. Esta deshabitado desde hace tiempo y padeció directamente el incendio del 2006, que calcinó el inmueble anexo. El Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con sus propietarios para que refuercen la estructura, que podría estar bastante debilitada por el efecto del fuego y el paso del tiempo.