Aparición de Quintana con su «tupperware»

Lois Blanco, lois.blanco@lavoz.es

ELECCIONES GALLEGAS 2009

20 feb 2009 . Actualizado a las 09:04 h.

Iba a ser una excursión de mayores con salida de Vigo y destino Portugal. Quince euros por barba para ida, comida y vuelta. Pero los organizadores ?una asociación de la tercera edad que, como todas, recibe subvenciones de la Xunta? bajaron a los excursionistas de los buses en Oia y los metieron en un local en el que, sin previo aviso, se apareció Quintana como un vendedor de tupperwares o de potas en reuniones sociales. Los más indignados por no ser informados del mitin-vermú que incluía la excursión se quedaron fuera. Quintana se justificó diciendo que era inocente y que estaba allí porque alguien lo había invitado. Bueno, otros a este tipo de cosas les llaman caciquismo de baja intensidad.

El peor resultado: depender de América

Lo peor que le podría ocurrir a la política y a Galicia es que el resultado del 1-M variase con el recuento de las sacas de América. La decisión de última hora de la Junta Electoral de exigir fotocopia del pasaporte o del DNI se confirman insuficientes. Los muertos continúan inscritos en el censo y cualquiera de su familia puede votar por ellos, y la compra de voluntades por los agentes electorales del PP y del PSOE está estos días en pleno apogeo en el verano austral. El sistema de voto en la emigración es una vez más una puñalada a la democracia.

El código ético necesita algunos ajustes

En las municipales y generales, donde los líderes autonómicos no se jugaban sus sillas, el bipartito echó pecho con un código de buenas prácticas que prohibía inauguraciones en campaña. La iniciativa los distinguió de su predecesor, porque Fraga daba mítines entre colocación de piedras y descubrimientos de placas. Con todo, a ese código ético le vendrían bien para los próximos comicios algunos ajustes. Por ejemplo, no aprobar, como ocurrió ayer, inversiones millonarias en el Consello de la Xunta a una semana de las elecciones.