El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, aseguró ayer en Lugo que recibió con sorpresa la noticia de la reducción del límite de velocidad e instó al Gobierno central a que explique cómo va a afrontar la nueva señalización. Feijoo aseguró que este tipo de decisiones son «únicas en Europa» y que deberían estar «reflexionadas, técnicamente contrastadas y posteriormente habladas entre todos los responsables de infraestructuras del Estado», en clara alusión a que no solamente se implantará en vías de titularidad estatal.
Señaló que no se trata de una medida menor, dado que afecta a todos los conductores y a varias Administraciones públicas, que «tampoco la conocen ni fueron consultadas». «Lamentablemente -dijo-, hoy todos los conductores estamos sorprendidos y perplejos de que se adopte esta medida con tanta improvisación y con tanta frivolidad». Feijoo reiteró que confía en que el Gobierno «diga exactamente cómo va a hacer con la nueva señalización en autovías y autopistas de toda España, puesto que es de una enorme complejidad logística».
El portavoz del BNG, Guillerme Vázquez, mostró en Pontevedra su escepticismo por la medida del Gobierno. «Estamos a falar dunha cuestión de gran calado, que si a poñen vinculada á crise libia e a alza do petroleo, e a tantas outras cousas, permítanme que sexa escéptico respecto á capacidade para resolver problemas desta envergadura pola vía de limitar dez kilómetros por hora a velocidade nas autoestradas; ao millor mellora o número de accidentes».