El CNI ya había advertido del peligro de Al Qaida en Mauritania

David Alvarado

ESPAÑA

La búsqueda se extiende a una franja desértica de mil kilómetros de largo por 300 de ancho

01 dic 2009 . Actualizado a las 13:47 h.

Si bien nadie ha reivindicado hasta el momento el secuestro de los tres cooperantes de la ONG Barcelona Acció Solidaria, los indicios apuntan a que Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) estaría detrás de su desaparición, según declaró el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. A instancias de Madrid, las autoridades mauritanas han desplegado, según una fuente militar mauritana consultada, «un importante dispositivo militar para controlar los pasos del desierto por donde los secuestradores puedan transitar».

España se ofreció a colaborar en las tareas de búsqueda con un helicóptero que está en Nuadibú, al norte del país, personal de la Guardia Civil del Mar que trabaja en las patrulleras destinadas a controlar la salida de inmigrantes ilegales, y el equipo que creó junto a la policía mauritana con ese mismo objetivo.

Las autoridades mauritanas han rechazado el ofrecimiento y han informado al Gobierno español de que tienen medios suficientes. La Guardia Civil está a la espera de que sean requeridos sus servicios. La colaboración con Mauritania, han recalcado fuentes del Ejecutivo español, es «total» y se trabaja «coco con codo», con una constante comunicación.

«El cerco se cierra sobre los secuestradores, que no podrán escapar», declaró ayer otro responsable del Ejército ante la prensa internacional. La empresa se antoja harto difícil en un país que, con apenas tres millones de habitantes y desértico en gran parte de su extensión (la búsqueda se centra en una franja de un millar de kilómetros de largo y 300 de ancho), es víctima recurrente de la violencia terrorista.

De hecho, el CNI ya viene advirtiendo desde el 2006 de la capacidad de los terroristas islamistas de atentar contra occidentales en cualquier punto del Sahel. Y es que el secuestro de occidentales se ha convertido en moneda común en la zona, aunque habitualmente los rehenes son puestos en libertad previo pago de un rescate que sirve para financiar las actividades terroristas de este grupo, que aboga por un Magreb islámico.

Ofensiva diplomática

El Gobierno ha situado al frente del gabinete de crisis al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que encabeza la ofensiva diplomática, y al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, responsable de la cooperación con las autoridades mauritanas para tratar de evitar que los secuestradores consigan llegar con sus rehenes a sus feudos en el interior del país, en la zona fronteriza con Mali.

Moratinos, que se encuentra en Estoril en la Cumbre Iberoamericana, se puso en contacto ya el domingo por la noche con el presidente mauritano, Mohamed Ould Abdelaziz, que se comprometió a «no escatimar ningún esfuerzo» para conseguir la liberación de los tres cooperantes españoles. Y ayer habló telefónicamente con el presidente de Mali, Amadou Toumani, para poner en marcha el dispositivo conjunto y, sobre todo, para convencerlo de que movilice a su Ejército en la frontera.