La situación en el PP se complica día a día. Ya no se trata de que Esperanza Aguirre aspire a liderar el partido y cuestione abiertamente a Rajoy, sino de que el silencio y la aparente falta de iniciativa del presidente del PP han sembrado la tensión y la incertidumbre en todo aquel que ocupa un cargo. El goteo continuo de miembros de la anterior dirección que han abandonado sus puestos por voluntad propia o por sustitución hace que nadie, ni siquiera los que hasta hace poco se consideraban próximos a Rajoy, se encuentre seguro en este momento. En ese ambiente de zozobra y de recelos, varios dirigentes del PP consideran ya que la situación no tiene remedio y que la próxima será una legislatura perdida para los populares.
«Volveremos a hacerlo»
Rajoy ha tratado hasta ahora de mostrar fortaleza y de dar la impresión de que controla la situación aplicando su conocida táctica de mantener el silencio y la serenidad mientras todos gritan y se mueven sin saber muy bien en qué dirección. Pero el desconcierto es tal que Rajoy tuvo que admitir ayer que el PP atraviesa un «momento difícil». Las últimas intervenciones de dirigentes habitualmente prudentes como Ignacio Astarloa, que desconoce si seguirá como secretario de Libertades Públicas y Seguridad, y pidió a Rajoy que se lo aclare cuanto antes, han dado la voz de alarma.
Ante el alud de iniciativas y declaraciones públicas procedentes de distintos sectores, el presidente del PP quiso lanzar ayer un «mensaje de tranquilidad». Pero la solemnidad de sus palabras reflejaba la gravedad de la situación y no invitaba precisamente a la calma. «El PP y su dirección han demostrado que saben sobreponerse a circunstancias difíciles y volveremos a hacerlo», explicó Rajoy. «Lo único que tengo que decir a todas las personas que han votado al PP y a todos los militantes del partido es que, efectivamente, es un momento difícil, pero que las cosas las haremos con sentido común y con sensatez», insistió. De cara al futuro, Rajoy se dirigió directamente a los votantes del PP para pedirles que «tengan la seguridad de que las cosas saldrán bien» en el próximo congreso nacional. Y en otro mensaje dirigido a quienes cuestionan la escasa participación de los afiliados, aseguró que en ese congreso nacional «las decisiones las tomarán los compromisarios que representan a todos los militantes».
El mensaje de renovación que Rajoy está lanzando con los cambios en el partido y en el grupo parlamentario tiene como objetivo captar nuevos votantes entre la izquierda moderada. Pero el líder popular quiso aclarar también al electorado tradicional del PP que no habrá un giro ideológico. Para conjugar ambos mensajes, Rajoy lanzó una de sus enrevesadas frases, cuyo significado puede interpretarse de muchas maneras. Aseguró que su partido «seguirá defendiendo los intereses, las ideas y los principios de aquellos que nos han apoyado y de los que nos pueden apoyar en el futuro».