El gallego Chisco Pardo ha preparado el recinto de juego para que las pelotas boten alto
01 dic 2011 . Actualizado a las 14:37 h.El título de la Copa Davis se discute sobre una pista efímera, montada en seis días y elogiada ya por los dos equipos. Como responsable del montaje, y en permanente contacto con el equipo español figura el gallego Chisco Pardo (Ferrol, 1973), que trabaja para la empresa GreenSet.
El bote | «El capitán pidió que la pelota botara alto»
El viernes 18 empezó el montaje de la pista, que se estrenó en los entrenamientos del día 25. En la Davis, el equipo local elige la superficie y las condiciones. En este caso, el capitán español, Albert Costa, pidió «que la bola bote alta [lo ideal para Nadal] y que sea rapidilla, no muy lenta». La pista (incluido el margen alrededor para movilidad de los jugadores) alcanza los mil metros cuadrados, «poco menos que la Philippe Chatrier, de Roland Garros, que es gigante, y bastante mayor que las más comunes, de unos 650», explica Pardo.
Material | Veinticinco camiones cargados con 25 toneladas cada uno
Hasta Sevilla llegaron con el material 25 camiones cargados con unas 25 toneladas cada uno, «unas 250 toneladas de cascote, 120 de saulón, 120 de pastilla, y una y pico de tierra batida». «Nosotros traemos preparado el perímetro de viguetas de hormigón de 20 centímetros de altura, que solo se coloca para que aguante el material. Ahí se van añadiendo capas, una primera de cascote cerámico de unos 15 centímetros de grosor, que luego bajará al compactar. Encima va una de arenisca (sauló) de tres de grosor. Luego se incorporan 8 más de pastilla (una mezcla de tierras vegetales y cal para darle dureza abajo), y encima la tierra batida, de unos 5 milímetros», indica Pardo. «La pista se endurece en la capa más profunda, según se añada una mayor proporción de cal en la mezcla y se riegue y se pise más durante el proceso».
Solidez | «La pista no se rompe, lo que elimina uno de los mayores peligros»
Al margen de las polémicas suscitadas entre los argentinos con los claroscuros y la filtración de la luz natural directa, la superficie contenta a todos. «Rafa Nadal la elogió como la mejor pista de Copa Davis en la que haya jugado. La verdad es que no se rompe, que es uno de los mayores peligros al principio, cuando empiezan a entrenar. Resulta básico que no se abran agujeros ni salga la pastilla hacia arriba. Luego le puedes dar más o menos velocidad. A más tierra, más lenta. A más humedad, más lenta», añade Pardo.
Humedad | La cercanía del Guadalquivir condiciona la pista
Las condiciones de humedad de Sevilla plantean otro gran reto. «Está el río Guadalquivir muy cerca y la humedad es importante. Por eso, la pista no está tan rápida como nos gustaría. Se arregla quitando un pelín de tierra hacia los extremos, pasándole la estera, y pisándola cada día. Así la zona de juego se queda más ligera», argumenta el ferrolano, al que los jugadores españoles y Costa le trasladan sus impresiones a diario. Además de la pista de competición, se levantó en La Cartuja otra clónica para entrenar. «Le ha gustado mucho también a los argentinos, y eso ya no sé si es bueno o malo», ironiza Pardo.