Circula una leyenda futbolera -no digo futbolística porque no viene de la parcela profesional de quienes viven del balón sino de aquellos que son dados a inventar la pólvora cuando en este deporte está casi todo inventado- según la cual «la Segunda División es una categoría muy difícil, y los equipos que vienen de Primera tienen que aclimatarse primero y, después, sufrir durante algunas jornadas». Es la leyenda futbolera, porque carece de los fundamentos básicos cuando se habla de fútbol.
Coincidiendo con la caída del Deportivo a Segunda, y bajo la esperanza de su pronta vuelta, nunca como ahora se habló de las dificultades con las que luchan los equipos de Primera para demostrar superioridad frente a sus rivales de la división inferior. Esa leyenda, que altera la verdad porque con el descenso, salvo que se hubiese registrado la marcha de los mejores hombres del equipo, el problema no sucedía.
Los equipos que bajan, en la temporada siguiente ya aparecen en los primeros puestos. Esto nos lo demuestra la clasificación actual, donde los 8 primeros lugares (y son 22 los equipos) están en poder de otros tantos exprimeras. Que al final suban o no, va a depender de lo que consigan partido a partido.