El contencioso verbal entre Quique Setién y la ya ex directiva del Racing de Santander, presidida por Pernía, ha conocido el penúltimo capítulo del mismo tras la dimisión en masa de los dirigentes cántabros. La presión social y mediática, con la guinda de la intervención pública del actual técnico del Lugo, ha culminado en este desenlace. Las propias peñas racinguistas han tenido un papel decisivo en este affaire, con su condena a la política del hasta el viernes presidente cántabro y el apoyo masivo a Setién. La situación actual del histórico Racing es crítica, tanto a nivel económico como deportivo. Está inmerso en ley concursal de acreedores, amén de otro juicio por medio, y ocupa puesto de descenso ahora mismo.
Como un efecto colateral, se ha planteado la posibilidad de que, ante una hipotética oferta de la futura directiva cántabra, Quique abandonase en plena temporada actual al Lugo, aprovechando la cláusula de escape exclusiva de irse al Racing (solo a este equipo, insisto) existente en su contrato vigente. Imagínense el perjuicio que podría constituir la marcha de Setién, el hombre que fue capaz de cambiar para bien la historia y el presente del equipo lucense. Hay un importante pálpito de preocupación en la afición rojiblanca ante esta posibilidad. Por eso, llamé directamente a Quique y se lo planteé. Y fue tajante en este sentido: «Ahora mismo, no me planteo mi salida del Lugo ni remotamente, primero, porque no existe esa posibilidad y, segundo, porque aquí estoy feliz y eso lo valoro por encima de todo». Ante la posible oferta de una futura directiva racinguista, me dijo: «Tendrían que cambiar muchas cosas que ahora no se dan en el Racing para que yo considerase esa posibilidad. Y ni se dan ni veo factible que se den en un futuro próximo. Por eso, insisto, creo que hay un uno por ciento de probabilidades de que me vaya ahora del Lugo. Ni me lo planteo siquiera». Así de rotundo se mostró Setién sobre este apartado. Tranquilidad, pues, para la afición lucense. Quique valora la fidelidad muy por encima de la tentación de una oferta. Así están, por ahora, las cosas en el Lugo.