El Dépor, inseguro y previsible hasta el descanso, reaccionó a tiempo
31 oct 2011 . Actualizado a las 19:56 h.El Dépor no despeja todas las dudas. Tiene un problema lejos de Riazor y, últimamente, ni le abrigo de su estadio le ofrece la seguridad para imponer su ritmo. Lo extraño, lo que nadie esperaba, es que el cuadro coruñés tuviera problemas para gobernar los partidos desde el inicio, para reducir a su rival a jugar a la contra. Ayer, una vez más, llegó tarde al encuentro. Eso sí, regresó a tiempo para sumar tres puntos necesarios para no convertir el futuro inmediato en un estado de nervios.
El Girona, un equipo del furgón de cola de la Segunda División, con el 5-1 de la Copa del rey todavía muy presente en la memoria, sí sabía lo que se jugaba. Con personalidad, con velocidad, con más intención que los locales, los catalanes se impusieron de salida, escarbaron en la banda de un Laure precipitado hasta que se adelantaron en el marcador.
Bien posicionado, más ordenado, el Girona complicó toda la primera parte a un Deportivo que solo generó una ocasión de peligro, precisamente en la que Riki acertó con la portería visitante. El resto, juego plano, excesivamente previsible, lento y, como novedad, con el añadido de una zaga excesivamente insegura. Nada nuevo. Por faltar, incluso no llegó a su cita Salomao, sin peso ni presencia, sorprendentemente rehusando el uno contra uno y regalando el balón a las primeras de cambio.
Finalmente, se impuso la lógica, la de un equipo con mayor peso y solidez, aunque tuviera que recurrir a los conocidos revulsivos de Saúl, el segundo delantero y Valerón en el centro del campo. Sea por la falta de recursos, por las ausencias obligadas o por las dudas tras los últimos resultados, el Dépor sigue lejos del equipo seguro y mandón que esperaba la Segunda. Lo preocupante es que a algunos les pesan los partidos; lo mejor, que aún así, el Dépor solo está a tres puntos de los puestos de ascenso.
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